Aldous Huxley imaginó un mundo feliz en el que el aumento de la población ejercería una enorme presión sobre los recursos de la Tierra.
Aldous Huxley, el célebre autor de la icónica novela «Un Mundo Feliz» [1] publicada en 1931, no solo nos brindó una visión distópica del futuro, sino también un vistazo a un futuro más sostenible y vegano en un artículo que escribió para la revista Redbook en enero de 1950. En este artículo, Huxley predijo cómo sería la vida de la humanidad en el año 2000, y lo que es aún más sorprendente es cuánta de su visión se ha hecho realidad.
Retos y Población Mundial
Huxley comenzó su artículo describiendo los retos clave que la humanidad enfrentaría a principios del siglo XXI. Anticipó una población mundial de 3.000 millones de personas, que es menos de la mitad de los 6.100 millones que realmente alcanzamos en el año 2000.
Los Tres Grandes Problemas
El autor afirmó que en los siguientes cincuenta años, la humanidad enfrentaría tres grandes problemas: prevenir la guerra, satisfacer las necesidades alimentarias y de vestimenta, y proporcionar suministros a miles de millones de personas sin agotar los recursos naturales del planeta.
Durante los próximos cincuenta años la humanidad enfrentará tres grandes problemas: el problema de evitar la guerra; el problema de alimentar y vestir a una población de dos mil millones y cuarto de millones que, para el año 2000 dC, habrá crecido hasta alcanzar los tres mil millones, y el problema de abastecer a esos mil millones sin arruinar los recursos irremplazables del planeta.
Aldous Huxley
Supongamos (y lamentablemente es una suposición muy amplia) que las naciones puedan ponerse de acuerdo para vivir en paz. En ese caso, la humanidad será libre de dedicar toda su energía y habilidad a la solución de sus otros problemas importantes.
Todo esto, partiendo de la suposición de que las naciones lograran un acuerdo global para vivir en paz y dedicar sus energías a resolver estos desafíos.
Un Manifiesto Ecológico
Huxley hizo hincapié en la importancia de la producción de alimentos, señalando que la producción de carne podría ser menos eficiente que la agricultura basada en vegetales. Su visión instaba a la conservación de recursos y a utilizar la tierra de manera más eficiente.
Esperemos que para el año 2000 los pueblos del mundo hayan adoptado un programa para aumentar la producción de alimentos y otras necesidades del planeta, conservando al mismo tiempo sus recursos. Como se necesitará toda la tierra disponible para la producción de alimentos, se harán esfuerzos concertados para obtener todas las fibras utilizadas para los textiles a partir de materiales inorgánicos o desechos vegetales. Se cultivarán cultivos alimentarios en las tierras que ahora se dedican al algodón, el lino, el cáñamo y el yute y, dado que ya no se utilizará la lana, los enormes rebaños de ovejas que ahora amenazan las cuencas hidrográficas de Australia y América del Norte disminuirán considerablemente. Debido a la necesidad de dar un descanso a la tierra sobrecargada y de extraer el mayor número posible de calorías de cada hectárea cultivada, se reducirá la producción de carne, que supone un fantástico desperdicio de tierra, y se prestará mayor atención a los productos, vegetal no menos que animal, del océano. Se cultivarán científicamente ensenadas, lagos, estanques y pantanos sin salida al mar.
Aldous Huxley
En muchas partes del mundo los bosques están siendo destruidos imprudentemente. Para conservarlos tendremos que desarrollar nuevos tipos de materiales de construcción sintéticos y nuevas fuentes de papel. Que la producción de un suplemento cómico implique la muerte de miles de magníficos árboles es un escándalo que ya no se puede tolerar mucho más.
¿Cómo afectará todo esto a los individuos? Para muchos agricultores los cambios significarán un cambio de un tipo de producción a otro. Para muchos otros supondrán una transferencia a la industria química. Porque la industria química está destinada a ganar importancia a medida que la erosión mundial nos obliga, por el bien de la tierra, a depender cada vez más de productos sintéticos derivados de materiales inorgánicos prácticamente inagotables.
Aunque en su época esta idea era revolucionaria, hoy en día es un pilar del movimiento vegano.
Los Sintéticos y el Medio Ambiente
Aldous Huxley también habló sobre la creciente importancia de los materiales sintéticos. Sus predicciones sobre los materiales sintéticos resultaron notablemente precisas, considerando que su obra más famosa, «Un Mundo Feliz», imaginaba un mundo de alta tecnología en términos de producción en masa.
Huxley preconizó que en el año 2000, los pueblos del mundo se comprometerían a aumentar la producción de alimentos y otras necesidades mientras se preservarían los recursos existentes. Esto significaba que se utilizaría cada centímetro de tierra disponible para la producción de alimentos y se daría un uso textil a la totalidad de los materiales inorgánicos o residuos vegetales.
Menos Carne, Más Productos del Mar
El autor previó una reducción en la producción de carne debido a la necesidad de utilizar la tierra de manera más eficiente. La producción de carne, según Huxley, era derrochadora de tierra. En cambio, prestó una creciente atención a los productos del mar, tanto vegetales como animales, procedentes del océano. Esto suena sorprendentemente parecido a la creciente popularidad de las dietas basadas en pescado y mariscos en la dieta vegana actual.
Conservación de los Bosques
Huxley también abordó la destrucción imprudente de bosques en 1950, argumentando que debíamos desarrollar materiales sintéticos y fuentes de papel para conservarlos. La producción de papel no debería requerir la tala de miles de árboles, una preocupación que sigue siendo relevante en la lucha por la conservación de los bosques.
Es seguro que durante los próximos cincuenta años se registrarán enormes avances tecnológicos. Pero para el trabajador como trabajador, tales avances no serán necesariamente de gran importancia. Al trabajador textil le importa muy poco si el material que manipula es producto de un gusano, una planta, un mamífero o un laboratorio químico. El trabajo es trabajo, y lo que le importa al trabajador no es el producto ni el proceso técnico, sino el salario, las horas, la actitud del jefe, el entorno físico. Para la mayoría de los trabajadores de oficinas y fábricas en el año 2000, la aplicación de la fisión nuclear a la industria significará muy poco. Lo que les importará es lo que a sus padres y madres les importa hoy: la mejora de las condiciones laborales. Si hay paz, en los próximos cincuenta años debería ser posible mejorar considerablemente las condiciones de trabajo. Mejor equipados, los trabajadores producirán más y, por tanto, ganarán más. Mientras tanto, la mayoría de las horribles reliquias de la Edad Media industrial habrán sido reemplazadas por nuevas fábricas, oficinas y hogares. Cada vez más fábricas y oficinas se trasladarán a pequeñas comunidades rurales, donde la vida es más barata, más placentera y más genuinamente humana que en esos caldos de cultivo de neurosis de masas, los grandes centros metropolitanos de hoy. La descentralización puede ayudar a frenar esa marcha hacia el asilo, que es una amenaza para nuestra civilización apenas menos grave que la erosión y la bomba atómica.
Aldous Huxley
El artículo de Aldous Huxley es un recordatorio de cómo un visionario puede ofrecer una perspectiva valiosa incluso décadas antes de que las ideas se materialicen. Su visión de un mundo más ecológico y centrado en los alimentos basados en plantas está más cerca de la realidad que nunca.
Si el producto terminado significa poco para el trabajador, significa mucho para el ama de casa. Los nuevos materiales de construcción sintéticos serán más fáciles de mantener limpios. Los nuevos sistemas de calefacción solar serán más baratos y menos complicados. La electrónica en la cocina simplificará enormemente la tarea del cocinero. En una palabra, en el año 2000 la tarea de vivir debería ser decididamente menos ardua de lo que es actualmente. Pero, aunque menos arduo, en promedio durará mucho más. En el año 2000 habrá más personas mayores en el mundo que en cualquier otro momento anterior. En muchos países, los ciudadanos de sesenta y cinco años o más superarán en número a los niños y niñas de quince años o menos. Las pensiones y el ocio inútil no ofrecen ninguna solución a los problemas del envejecimiento de la población. En el año 2000, los lectores más jóvenes de este artículo, que entonces tendrán alrededor de setenta años, probablemente habitarán un mundo en el que los mayores tendrán oportunidades para utilizar su experiencia y sus fortalezas restantes de maneras satisfactorias para ellos mismos y valiosas para la comunidad.
Aldous Huxley
La evolución de nuestra sociedad hacia una cultura vegana y ecológica nos muestra que las predicciones de Huxley fueron más que un ejercicio de futurología; eran una inspiración para cambiar el rumbo y vivir en armonía con el planeta y todas sus criaturas.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— amazon.com, «Un mundo feliz», Aldous Huxley, Editorial Debolsillo, 001 edición (31 marzo 2003). Un mundo feliz es un clásico de la literatura del siglo XX, una sombría metáfora de un futuro posible. Los peores vaticinios del capitalismo se han cumplido: triunfan los dioses del consumo y la comodidad, y el orbe se divide en diez zonas en apariencia seguras y estables. Los humanos ya no procrean, el sexo se ha convertido solo en una diversión y las letras del alfabeto griego se han pervertido para clasificar a los seres humanos por castas. Todos aceptan su lugar en la nueva jerarquía social, perfectamente ordenada. Los valores humanos esenciales no tienen cabida en este mundo y los habitantes se crean in vitro con una técnica concebida a imagen y semejanza de una cadena de montaje. El soma, la droga por excelencia en este mundo distópico que propone Huxley, ayuda a los habitantes a escapar de la rutina. A cambio de este orden pulcro, la libertad de expresión y el pensamiento crítico han sido erradicados. Bernard Marx, el protagonista de la novela, inconformista e inteligente, deberá probar los límites de la sociedad que lo ha engendrado, iniciando un viaje más allá de las fronteras distópicas de su universo.
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