¿Podemos los humanos pasar de ser esclavos de nuestras emociones a liberarnos de ellas completamente?
Sin duda, para librar la batalla contra los creófagos debemos comunicarles de forma no violenta el status moral que significa veganismo. A lo largo de nuestra evolución como especie hacia un estado de liberación emocional, la mayoría de nosotros optamos a día de hoy instalarnos en uno o algunos de tres estados en nuestra forma de relacionarnos con los demás.
«Observar sin evaluar constituye la forma suprema de la inteligencia humana.»
Krishnamurti
Estado 1
En este estado, —al que nos referiremos como «esclavo emocional«—, la persona esclava se considera responsables de los sentimientos de los demás. Cree que debes esforzarse constantemente en hacer felices a los demás. Y cuando le parece que no lo son, se siente responsable y obligada a hacer algo para que lo sean. Este estado le lleva a ver a las personas que le son más próximas como una verdadera carga.
Estado 2
En este estado la persona se da cuenta del elevado coste que acarrea asumir la responsabilidad de los sentimientos de los demás e intenta adaptarse a ellos a costa suya. Nos podemos referir a este estado, —medio en broma— como el estado «antipático«, porque la persona antipática acostumbra hacer comentarios tipo: «¡Ese es tu problema! Yo no soy responsable de tus sentimientos«. La persona tiene claridad de aquello sobre lo que no tiene responsabilidad, pero todavía no ha aprendido cómo ser responsables ante los demás de una forma que no la esclavice emocionalmente.
Estado 3
En el tercer estado, —llamado de «liberación emocional«—, la persona responde a las necesidades de los demás con compasión, nunca por miedo, sentimiento de culpa o vergüenza. Sus actos le satisfacen a ella y a las personas que reciben sus esfuerzos. Acepta la plena responsabilidad de sus intenciones y sus acciones. No se hace responsable de los sentimientos de los demás. Una vez alcanzado este estado, ha comprendido que nunca llegamos a satisfacer nuestras necesidades a costa de los demás. La liberación emocional implica expresar claramente cuáles son nuestras necesidades, teniendo también en cuenta la satisfacción de las necesidades de los demás.
4 componentes de la CNV
El primer componente de la comunicación no violenta [CNV] implica distinguir entre observar y juzgar. Si los mezclamos, el receptor tiene la percepción cierta de que le estamos juzgando, y activa su resistencia a recibir nuestro mensaje. La CNV no es un método, es un lenguaje dinámico que rechaza las generalizaciones estáticas. Las observaciones tienen que ser específicas del momento y el contexto.
El segundo componente de la CNV que necesitamos para expresarnos es el de los sentimientos. Si elaboramos un vocabulario de sentimientos que nos permita nombrar o identificar de forma clara y precisa nuestras emociones, nos resulta más fácil conectar con los demás. Al mismo tiempo que nos hace más vulnerables, la expresión de nuestros sentimientos puede ayudarnos a resolver conflictos. La CNV distingue entre la expresión de los sentimientos reales y las palabras o afirmaciones que sirven para describir pensamientos, evaluaciones e interpretaciones.
El tercer componente de la CNV es el reconocimiento de las necesidades que hay detrás de nuestros sentimientos. Lo que digan y hagan los demás puede ser el estímulo, pero nunca la causa, de nuestros sentimientos. Los juicios, críticas, diagnósticos e interpretaciones que hacemos de los demás son expresiones de nuestras propias necesidades y valores. Cuando los demás perciben una crítica, tienden a centrar su energía en la autodefensa o el contraataque. Cuanto más directa sea la conexión entre nuestros sentimientos y nuestras necesidades, más fácil será para los demás comprendernos y responder de un modo compasivo.
El cuarto componente de la CNV se centra en el tema de lo que nos gustaría pedirnos mutuamente para enriquecer nuestras vidas. Tratamos de evitar las expresiones vagas, abstractas o ambiguas, y recordamos emplear un lenguaje de acción positiva para hacer saber a los demás lo que queremos de ellos. Al hablar, cuanto más claramente manifestemos qué queremos, más probable será que lo consigamos.
En la CNV, al margen de las palabras que utilice nuestro interlocutor para expresarse, nos limitamos a prestar atención a sus observaciones, sentimientos, necesidades y peticiones. Después tal vez queramos reflejar lo que hemos oído parafraseándolo. Mantenemos nuestra actitud de empatía para que nuestro interlocutor tenga la oportunidad de expresarse plenamente antes de desviar nuestra atención hacia las soluciones o hacia la satisfacción de sus peticiones.
Nuestra capacidad de ofrecer empatía nos puede permitir ser vulnerables, neutralizar la violencia potencial, escuchar la palabra “no” sin tomarla como un rechazo personal, reanimar una conversación sin vida y hasta captar los sentimientos y necesidades expresados con el silencio. Las personas logran, una y otra vez, superar los efectos paralizantes del dolor psicológico cuando establecen suficiente contacto con alguien que puede escucharlos con empatía.
La aplicación más crucial de la CNV tal vez radica en la manera en que nos tratamos a nosotros mismos. Cuando cometemos errores, podemos usar el proceso de duelo y perdón hacia nosotros mismos que la CNV propone, para que nos indique hacia dónde podemos crecer en lugar de quedarnos atrapados en una serie de juicios moralistas. Al evaluar nuestras conductas en términos de nuestras necesidades insatisfechas, el ímpetu para realizar un cambio no procede de la vergüenza, la culpa, la ira o la depresión, sino de un auténtico deseo de contribuir a nuestro bienestar y al de los demás.
En resumen!
Observar sin evaluar, identificar y expresar los sentimientos, asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos y formular a los demás peticiones conscientes para enriquecer nuestra vida. Conectar con nuestras necesidades y con las de los demás, nos aleja de prejuicios y evaluaciones y nos hace capaces de poner en práctica el poder de la empatía para comunicarnos de manera efectiva.
Quién es Rosenberg
Marshall B. Rosenberg es fundador y director de los servicios educativos del CCNV Centro para la Comunicación NoViolenta. Tras haber crecido en un barrio problemático de Detroit, Marshall se interesó profundamente por nuevas formas de comunicación para presentar alternativas pacíficas a la violencia de la que fue testigo.
Este interés también lo llevó a la obtención de un doctorado en psicología clínica en la Universidad de Wisconsin en 1961. Fundó el CCNV en 1984 y brindan capacitación en 30 países de América del Norte, América del Sur, Europa, Asia, Oriente Próximo y África, ofreciendo talleres para educadores, terapeutas, padres, trabajadores de los servicios de salud, mediadores, gerentes de empresas, guardia de cárceles y reclusos, policías, personal militar, clero y oficiales del Gobierno. Actualmente, el Dr. Rosenberg reside en Wasserfallenhof, Suiza, y viaja habitualmente a ciudades de todo el mundo ofreciendo capacitación en CNV y mediaciones en conflictos.
La Comunicación NoViolenta es un medio para establecer una conexión empática con nosotros mismos y con el otro. La empatía es una cualidad muy valiosa y profundamente humana que todos podemos desarrollar. Lamentablemente, la comunicación que hemos aprendido nos distancia de nuestra verdadera naturaleza. Este libro nos ayuda a recuperar de nuevo nuestra capacidad natural de escuchar con el corazón.
Marshall B. Rosenberg, conocido mediador internacional, ha enseñado durante cuatro décadas su modelo de Comunicación NoViolenta en todo el mundo. Ha sido empleada por individuos, parejas, profesores, padres, empresas, oficinas gubernamentales, hospitales, programas universitarios, centros de mediación comunitaria, programas de gestión de la rabia, defensores de la paz, promotores del cambio social, programas de rehabilitación de reclusos, y muchos más. Su amplia experiencia trabajando con personas, así como la extraordinaria simplicidad de su método, han hecho que éste libro se convierta en algo valioso y único.
Con la Comunicación NoViolenta aprendes a:
- mejorar significativamente tus relaciones con la familia, los amigos y los compañeros de trabajo.
- a mantenerte calmado frente al juicio, la crítica y la rabia.
- a hablar, pensar y escuchar de tal manera que inspires humanidad y comprensión.
- a romper patrones de pensamiento que conducen al estrés, a la depresión, a la culpa y a la vergüenza.
- a descubrir puntos en común con cualquier ser humano, en cualquier momento, y en cualquier lugar.
La Comunicación NoViolenta es más que una estrategia de comunicación eficaz. Es un modelo de vida que permite abordar los conflictos de manera que todos los involucrados salgan beneficiados.
El Libro
Este libro se ha traducido a más de 30 idiomas y ha vendido más de 1.000.000 de ejemplares, por una sencilla razón: ¡funciona!
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— amazon.com, «Comunicación no violenta», Un lenguaje de vida. Un lenguaje de vida: Herramientas que cambian la vida para mantener relaciones sanas. Editorial Acanto; 3ª edición ampliada (27 abril 2017). La Comunicación NoViolenta nos ayuda a recuperar de nuevo nuestra capacidad natural de escuchar con el corazón.
2— Web del Center for Nonviolent Communication
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