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Auge y declive de la industria de la carne

Publicación: 17 noviembre, 2025 |

En 1961, el presidente Dwight Eisenhower advirtió a EEUU sobre un peligro silencioso: el complejo industrial-militar. [1]

Representación oscura del complejo industrial de la carne en declive
Declive del complejo industrial de la carne · © Leonardo IA para Cultura Vegana

Eisenhower describió el complejo industrial-militar como una fuerza política y económica capaz de devorar recursos, corromper instituciones y poner en riesgo la vida de millones de personas. Sus palabras resultaron proféticas: en las décadas siguientes, aquel complejo creció hasta proporciones gigantescas, arrastrando consigo guerras, despilfarro económico y la sombra de la aniquilación nuclear.

De manera similar, a partir de los años setenta, voces dentro del movimiento vegetariano y de derechos animales alertaron sobre otro complejo devastador: la industria de la carne.

«Las granjas modernas son el peor crimen de la historia.»

Yuval Noah Harari

Su impacto, aunque menos visible que el de la guerra, resulta aún más constante, global y cotidiano. No necesita conflictos bélicos ni crisis diplomáticas para matar: lo hace cada minuto del día, todos los días del año.

El rostro del complejo industrial de la carne

La industria cárnica se ha consolidado como una de las estructuras económicas más poderosas del planeta, sostenida por subsidios gubernamentales, campañas publicitarias engañosas y la apatía de los consumidores. Podemos hablar del complejo cárnico-industrial. Su funcionamiento depende de tres pilares inseparables:

  1. La explotación masiva de animales: cada año, solo en EEUU, se matan cerca de nueve mil millones de vacas, cerdos, pollos y pavos.
  2. La destrucción ambiental: el ganado consume millones de toneladas de granos que podrían alimentar a los hambrientos; devora agua, degrada suelos, envenena ríos con estiércol, antibióticos y pesticidas; y es uno de los principales responsables de la deforestación mundial.
  3. El impacto en la salud: carnes contaminadas con salmonela, brotes de enfermedades zoonóticas, crisis de colesterol y enfermedades cardiovasculares ligadas al consumo excesivo de productos animales.

El paralelo con el complejo militar es claro: ambos nacen de la codicia, ambos se sostienen en el sufrimiento —humano o animal— y ambos hipotecan el futuro de la humanidad.

Señales de declive

Aunque la industria de la carne parecía imbatible en la segunda mitad del siglo XX, desde los años noventa comenzaron a vislumbrarse grietas en su estructura. Varias razones explican este declive progresivo:

  • Crisis de los granos y encarecimiento de insumos: los países en desarrollo elevaron su consumo de cereales, lo que encareció el alimento para el ganado.
  • Reducción de subsidios agrícolas en países como EEUU, que limitaron el flujo de dinero público a la industria cárnica.
  • Crecimiento de la alimentación basada en plantas, impulsada por estudios médicos, ONG y consumidores preocupados por su salud y el medio ambiente.
  • Aceptación social del vegetarianismo y veganismo: grandes cadenas como Subway, Denny’s o incluso gigantes agroalimentarios como Green Giant comenzaron a ofrecer productos vegetales.
  • Escándalos de salud pública: desde la crisis de las vacas locas hasta la salmonela en pollos, que debilitaron la confianza del consumidor, o la dermatosis nodular contagiosa (DNC), una enfermedad vírica que ha causado la alerta en el sector ganadero. Se han registrado múltiples brotes, principalmente en la provincia de Girona, que han llevado al sacrificio de miles de reses y a la implementación de medidas de emergencia como la vacunación masiva y la restricción de movimientos.

Lejos de adaptarse, muchas veces la industria mostró una tendencia autodestructiva: presionó para abaratar el pastoreo aunque ello destruyera tierras vitales; ignoró durante décadas los riesgos del colesterol; y combatió leyes contra la crueldad animal, incluso cuando más del 90% de la población se oponía al maltrato.

Ejemplos de la “autodestrucción” de la industria

  1. Deforestación y pérdida de biodiversidad: en su afán de expansión, la ganadería sigue arrasando bosques tropicales como el Amazonas.
  2. Contaminación masiva: granjas de cerdos han provocado desastres ecológicos en ríos y acuíferos de EEUU y Europa, llevando a regulaciones cada vez más estrictas.
  3. Crisis sanitaria: el uso desmedido de antibióticos en animales ha generado resistencia bacteriana, una amenaza reconocida por la OMS como una de las mayores crisis de salud del siglo XXI.
  4. Escándalos corporativos: juicios como el “McLibel” en el Reino Unido pusieron en evidencia prácticas inhumanas y manipuladoras de las grandes cadenas de comida rápida.

La caída en perspectiva

La llamada “caída de la industria de la carne” no se produce de un día para otro, pero es cada vez más visible:

  • Descenso en el consumo de carne roja en países desarrollados.
  • Explosión del mercado de proteínas vegetales y alternativas como Beyond Meat o Impossible Foods.
  • Políticas públicas de salud que recomiendan reducir drásticamente la carne procesada.
  • Conciencia climática global, que asocia la ganadería con el cambio climático.

Como sucedió con el complejo militar, la sociedad empieza a comprender que este modelo no es sostenible ni ética ni ecológicamente. Aunque no es habitual que los medios de comunicación resalten los problemas del sector cárnico, algunos periodistas y medios si se atreven a publicar datos o eventos que no favorecen al sector, por ejemplo: «El sector de la carne lanza una campaña para frenar la caída del consumo, que suma un 40% en 15 años», publicado en El Periódico el 23 de abril de 2024.

Cómo acelerar la transición

El cambio depende no solo de políticas gubernamentales o avances tecnológicos, sino también de la acción ciudadana y el activismo individual. Algunas vías son:

  • Difusión: escribir a medios, participar en debates públicos y exponer cómo la alimentación vegetal mejora la salud, protege el planeta y evita sufrimiento animal.
  • Consumo consciente: apoyar a restaurantes, supermercados y marcas que ofrecen opciones basadas en plantas.
  • Educación: introducir menús vegetales en escuelas, universidades y lugares de trabajo.
  • Activismo visible: participar en campañas como el Día Mundial Sin Carne, el Día Mundial del Animal de Granja o el Mes Vegano.
  • Persistencia: mantener un activismo constante y creativo, recordando que las grandes transformaciones requieren tiempo y perseverancia.

El complejo industrial de la carne es quizá uno de los mayores peligros silenciosos de nuestra era: consume vidas animales, destruye ecosistemas, desperdicia alimentos y enferma a la humanidad. Pero al igual que el complejo militar encontró resistencia y límites, la industria cárnica enfrenta hoy un movimiento global cada vez más fuerte.

El auge de la alimentación vegetal, la conciencia ambiental y la compasión hacia los animales marcan el inicio de un cambio histórico. El “monstruo” que parecía invencible empieza a mostrar signos de agotamiento. Y cada persona que opta por una comida vegetal contribuye a acelerar ese final.

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

Bibliografía y referencias

  1. bbc.com, «EEUU: 50 años de la advertencia sobre el «complejo militar-industrial«», Carlos Chirinos, BBC Mundo, Washington. 17 enero 2011. Hace medio siglo el saliente presidente de EEUU, Dwight «Ike» Eisenhower, ofreció lo que algunos consideran la despedida presidencial más recordada de la historia estadounidense, sólo superada por la del primer mandatario y padre fundador, George Washington.
  2. Eisenhower, Dwight D., Discurso de despedida a la nación, 1961.
  3. Robbins, John, Diet for a New America (1987).
  4. Goodland, R. & Anhang, J., “Livestock and Climate Change” (Worldwatch Institute, 2009).
  5. Singer, Peter, Animal Liberation (1975).
  6. Foer, Jonathan Safran, Eating Animals (2009).
  7. FAO, Livestock’s Long Shadow (2006).
  8. Datos de la OMS y ONU sobre consumo de carne y resistencia antimicrobiana.

LECTURAS RELACIONADAS

1— culturavegana.com, «El hundimiento», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 12 abril, 2020 | Publicación: 22 noviembre, 2018. Todo apunta que el consumo de carne animal a nivel mundial está descendiendo a gran velocidad. 1 de cada 5 españoles (20%) afirma no comer carne. Las últimas tendencias sobre alimentación apuntan a una debacle en el sector cárnico y derivados como los embutidos. Los veganos van a celebrar estas navidades conocedores de que su estilo de vida está calando entre la juventud y también en otras franjas de edad. Cada vez son más los niños y niñas que deciden no incluir animales en su dieta y los padres cada vez hacen más consultas a los especialstas sobre este asunto.

2— culturavegana.com, «Las granjas modernas son el peor crimen de la historia», Yuval Noah Harari, Editorial Cultura Vegana, Última edición: 22 diciembre, 2022 | Publicación: 11 septiembre, 2021. El influyente historiador Yuval Noah Harari explica por qué considera que la agricultura animal moderna es un crimen y cómo la compasión por los animales es su mayor motivación.


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