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Entrevista a Melanie Joy

Última edición: 12 noviembre, 2022 | Publicación: 13 noviembre, 2020 |
Melanie Joy
Melanie Joy

1- Por favor, llévanos a través de tu viaje vegano. Comparte cómo te interesaste en explorar tu relación con los animales. ¿Fue una revelación o una sucesión gradual de pequeños pasos?

Es una gran pregunta. Hacerme vegana fue, para mi (como sospecho que fue para mucha gente), tanto una revelación, como una serie acumulada de pasos. Durante años, hubo influencias sutiles que hicieron que me detuviera y considerara, por un momento, la verdad sobre la carne: una hamburguesa que era «demasiado roja», un fragmento en las noticias de un video encubierto de granjas factorías, un encuentro casual con un invitado vegano en una cena. Sospecho que he sido expuesta a la verdad sobre comer animales muchas veces antes de que «hiciera la conexión» completa entre la carne de mi plato y el ser vivo que una vez fue. Mi revelación real comienza en 1989. Acabé comiendo una hamburguesa que había sido contaminada con campilobacterias y tuve que ser hospitalizada. Esa experiencia me permitió dejar de comer carne y poco después, aprendí más sobre la ganadería y me di cuenta de que nunca podría participar de nuevo a sabiendas en dicha atrocidad contra los animales.

2- La presentación de tu libro Por qué amamos a los perros, comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas es genial, ya que te lleva al tema sutilmente. Has explicado que el carnismo es exactamente lo contrario que el veganismo. ¿Podrías deconstruir brevemente la teoría del «carnismo» para nuestros lectores?

Gracias. Carnismo es el término que he estado usando para describir el invisible sistema de creencias, o la ideología, que nos condiciona a comer ciertos animales. El carnismo es una ideología dominante, lo que significa que está arraigado y normalizado, creando comportamientos, creencias, leyes, normas, etc. Y es una ideología violenta, cuyos principios van en contra de los valores humanos fundamentales. Por lo tanto, el carnismo, como otras ideologías violentas, necesita usar un conjunto de mecanismos sociales y psicológicos para permitir a la gente compasiva participar en prácticas inhumanas sin comprender realmente lo que están haciendo. Tendemos a pensar que son los veganos y vegetarianos los únicos que llevan sus creencias a la mesa. Pero la mayoría de la gente lo hace, por ejemplo, come cerdos pero no perros porque de hecho tienen un sistema de creencias cuando se trata de comer animales. Cuando comer animales no es necesario para la supervivencia, es una elección, y las elecciones siempre tienen su origen en las creencias.

La negación (expresada mediante la invisibilidad) es la defensa principal del carnismo. Si en primer lugar negamos que haya un problema o un sistema de creencias, entonces no tendremos que hacer nada al respecto y no podemos cuestionarnos sus principios. El carnismo también mantiene a sus víctimas (por supuesto los animales, pero también los empacadores de carne, el medio ambiente y los consumidores humanos cuyos cuerpos y mentes son afectados por el consumo de animales) fuera de la vista y convenientemente fuera de la conciencia pública.

La justificación es otra defensa carnística. El modo en que aprendemos a justificar el consumo de animales es aprendiendo a creer que los mitos de la carne (y de los huevos y los lácteos) son la realidad de la carne. Todos los mitos carnísticos caen con lo que yo llamo las «tres enes de justificación»: comer animales es normalnatural y necesario. No es una sorpresa el que esos mismos argumentos hayan sido usados para justificar una diversidad de prácticas violentas, como la esclavitud o la dominación masculina.

El carnismo también utiliza un conjunto de defensas -procesos cognitivos- que distorsionan nuestras percepciones sobre la carne y los animales que comemos, de tal modo que podemos sentirnos suficientemente cómodos para consumirlos. Por ejemplo, el carnismo nos enseña a ver a los animales como objetos (como cosas) y como abstracciones (escamoteando cualquier individualidad o personalidad), y también nos enseña a poner a los animales en rígidas categorías en nuestra mente (por ejemplo, algunos animales son amigos mientras que otros son comida) de tal modo que podemos albergar diferentes sentimientos y tomar diferentes comportamientos según una especie u otra.

3- Un estilo de vida vegano intimida a mucha gente. Somos a menudo mirados como objetos de curiosidad. ¿Dirías que comprender el carnismo se convertirá en una herramienta efectiva para que los activistas entiendan la psicología de los consumidores de carne? Háblanos de la mejor manera para llegar a las masas y empoderarlas con el conocimiento para salir de su defensiva carnística.

Absolutamente. Escribí mi libro para dos grupos de personas: los consumidores de carne y los veganos. Mi esperanza es ayudar a comprender a los consumidores de carne a darse cuenta del carnismo, para que puedan salir del sistema y tomar sus propias decisiones alimenticias con mayor libertad -porque sin comprensión, no hay libre elección. Además también lo escribí para ayudar a los veganos a sentirse más conectados y ser capaces de articular sus decisiones; a menudo los veganos tienen la sensación visceral de saber que sus decisiones son sólidas, pero tienen problemas explicando exactamente el por qué de una manera que los demás puedan escuchar y relacionarlo. También quería ayudar a los veganos a comprender de manera más completa a los consumidores de carne -para reducir el estrés y la tensión que muchos veganos sienten viviendo entre tanta resistencia a su mensaje y para ayudarles a difundir de manera más efectiva.

Promoción efectiva es lo central del capítulo uno de mi primer libro, Strategic Action for Animals, y tengo además un número de consejos de difusión para los veganos en carnism.org (en inglés). Creo que una de las cosas más importantes que los veganos pueden hacer es ver a la inmensa mayoría de los consumidores de carne no como perpetradores despreocupados de violencia, sino como víctimas del sistema en el que nacieron, que les ha condicionado para permanecer ciegos y que guía sus decisiones alimenticias como una mano invisible de tal modo que puedan actuar involuntariamente en contra de sus valores fundamentales, sus propios intereses y los intereses de los demás. Comer animales no es simplemente un tema de ética personal; es el inevitable resultado final de un sistema opresivo profundamente arraigado.

Otro consejo importante para los veganos es no esperar que mostrar la realidad de la explotación animal vaya a cambiar la mentalidad de la gente. Una vez que hemos comprendido que el carnismo está interiorizado, como lo están sus defensas, podemos sentir menos frustrante que nuestro mensaje sea tan a menudo distorsionado, bloqueado y minimizado. Finalmente, no puedo subrayar suficiente cuán importante es para cualquiera que desee tener conversaciones productivas -especialmente sobre un asunto tan cargado como el de comer animales- a aprender lo básico de la comunicación no violenta. La comunicación efectiva puede ser aprendida, y cuando se practica, transforma las interacciones y las relaciones.

4- Doctora Joy, también has subrayado en tu libro que mucha gente que se considera a si misma «amante de los animales» y que muestran un amor y una compasión increíbles hacia ciertas especies de animales, aparentemente no tienen problemas en consumir otras especies. ¿Podrías elaborar cómo esta empatía selectiva o paradoja se desarrolla en los humanos?

Bien, mucha gente siente empatía hacia los no humanos. Hay una amplia evidencia de ello a nuestro alrededor. En culturas en las que se consume carne, la mayoría de las personas tiene un pequeño puñado de animales que ellos aprenden a clasificar como comestibles – el resto de las demás especies aprenden a pensarlas como no comestibles y por tanto (a menudo) desagradables de consumir. Así que, aunque el tipo de especies que se consume cambia de cultura en cultura, los miembros de todas las culturas tienen una manera similar de clasificar cuando se trata de comer animales. Lo que el carnismo nos enseña es a bloquear nuestra conciencia y a apagar nuestra empatía hacia aquellas criaturas que hemos aprendido a clasificar como comestibles. Esto lo aprendemos desde el momento en que somos destetados, cuando por ejemplo nos alimentan con potitos para bebés de pavo y arroz. Así, cuando la carne de animales «comestibles» aparece, sin que podamos pensarlo o sentirlo el carnismo ya está modelándose y reforzándose a lo largo de nuestras vidas.

5- No escatimas palabras en tu libro. La experiencia personal contada por algunos empleados de la industria cárnica y los mataderos sin duda producen escalofríos en la columna vertebral. Por otro lado, muchas experiencias de ex-trabajadores de los mataderos están saliendo a la luz, en los que se describe su experiencia y qué les hizo abandonar «la industria de la carne». Algunos de ellos están ahora difundiendo en contra de la industria. ¿Cómo crees que esos empleados alcanzaron ese punto de comprensión?

Del mismo modo que cualquiera alcanza el punto en el que deciden convertirse en objetores de conciencia. Tienen un cambio de paradigma. En otras palabras, ellos no ven cosas diferentes; ven las mismas cosas de manera diferente. Un cambio de paradigma ocurre cuando uno está preparado para cambiar – cuando es más doloroso continuar con un comportamiento existente que implementar uno nuevo.

6- La crueldad hacia los demás animales puede ser un manera de predecir violencia futura hacia los humanos. ¿Estás de acuerdo? ¿Podría explicarnos la relación?

La crueldad es crueldad. Intento abstenerme de comentar sobre la crueldad hacia los animales como predictiva de la crueldad hacia los humanos porque creo que ese marco no presenta a los animales como poseedores de un valor intrínseco y que muestra la crueldad animal como menos preocupante que la crueldad humana. Por ejemplo, imagine si la violencia hacia las mujeres preocupara a los psicólogos sólo porque puede ser un factor predictivo de una futura violencia hacia los varones.

7- Estos días se habla mucho sobre salvar nuestro planeta y sus recursos. Compañías multinacionales caminan hacia tecnología limpia, iniciativas verdes, fuentes de energía renovables, entre otras, gastando miles de millones de dólares cada año. Lo cual está bien. Pero, la industria de la carne, una de las mayores responsables de nuestros problemas medioambientales, es a menudo ignorada en los foros públicos y los responsables políticos eligen abstenerse del asunto por completo. Sugiérenos, por favor, cómo podemos hacer frente al sistema invisible de creencias de los responsables políticos y los medios de comunicación en general.

Es importante reconocer que el negocio ganadero es una industria de miles y miles de millones de dólares, con poderosos lobbies corporativos y una influencia tremenda en las políticas públicas. Además, los responsables políticos, como todo el mundo, han interiorizado el carnismo de tal modo que no ven los asuntos relativos a comer carne de manera objetiva. En mi opinión, debemos enfocar el problema del carnismo desde múltiples ángulos: como con otras industrias explotadoras, debemos desafiar el control absoluto que los intereses carnísticos tienen sobre el público mediante, por ejemplo, demandar algún grado de descentralización y desafiando ideológicamente las subvenciones a la carne; debemos además aumentar la conciencia del carnismo entre el público, de tal modo que los ciudadanos apoyen las acciones necesarias para una sociedad más justa y humana. En otras palabras, el carnismo debe ser desafiado tanto a nivel institucional como a nivel invididual – éste es un enfoque que tomamos en Carnism Awareness and Action Network CAAN.

8- Aunque los responsables políticos y los medios de comunicación de masas lo han ocultado, la conciencia del consumidor sobre las prácticas crueles adoptadas por las industrias de los productos animales ha aumentado. Muchos consumidores están demandando productos «sin crueldad». ¿Qué opinas de los productos animales «sin crueldad»?

La gente quiere comprar los productos cárnicos que llaman «sin crueldad», porque se preocupan por los animales, y mucha gente cree que comer dicha carne es una opción ética. La industria cárnica ha construido el mito de que hay carne «sin crueldad» apelando a la demanda del consumidor, demanda que ha surgido (en su mayor parte) del activismo vegano. Por ello, los veganos deben celebrar el hecho de que los consumidores se están volviendo más conscientes y críticos con las prácticas carnísticas – y al mismo tiempo no permitir a la industria de la carne que use dicha conciencia para que sus expertos en relaciones públicas vendan a la gente otra mentira.

Debido a que el carnismo está tan arraigado, mucha gente no reconoce que la «carne sin crueldad» es una completa contradicción en los términos – un mito construido por quienes están en el negocio de la violencia para atraer a aquellos quienes de manera normal nunca apoyarían dicha violencia. Considere, por ejemplo, el modo en el que mucha gente no podría perdonar el sacrificio de un golden retriever perfectamente sano sólo porque les gusta cómo saben sus muslos, y aun así esa misma gente ha sido enseñada a no pensar nada sobre permitir hacer lo mismo a alguien de otra especie. Este es un ejemplo perfecto de carnismo en funcionamiento.

Los veganos deben apoyar y alentar a los consumidores de carne que quieren causar menos daño a los animales y han sido guiados por la creencia en el mito de la «carne sin crueldad», y al mismo tiempo retar la distorsión carnística que perpetúa este mito. En mi opinión no existe algo como «producto animal humanitario». En cuanto convertimos a un ser en producto, dejamos de ser humanitarios.

9- El trabajo de un activista por los Derechos Animales es muy estresante – investigaciones en lugares de tortura animal, conociendo historias de tortura animal día tras día, peleando a veces con poco o ningún éxito, etc. A veces es difícil mantener la normalidad. ¿Cómo sugieres que los activistas gestionen esta difícil situación?

Es importante para los activistas el darse cuenta que los sistemas opresivos dominantes (como el carnismo y el sistema más amplio del especismo) se mantienen a si mismos haciendo invisible el verdadero poder y alcance de los movimientos sociales que los desafían. Los activistas con frecuencia sienten que su movimiento y en consecuencia sus esfuerzos están teniendo poco o ningún impacto y pueden perder la fe la humanidad y en ellos mismos. Esta ilusión de no estar produciendo cambios a menudo conduce a desesperarse, deprimirse, desesperanzarse, frustrarse, amargarse y quemarse.

¡Los activistas veganos necesitan saber que el movimiento vegano está, de hecho, proliferando rápidamente! Está creciendo exponencialmente y hay indicios de esta verdad por todos lados: estadísticamente el número de veganos y vegetarianos está creciendo significativamente; restaurantes, alimentos, recetarios, blogs, webs, personajes famosos y nutricionistas veganos están surgiendo por todos lados. Los veganos son parte de un movimiento poderoso y transformador compuesto por millones de personas alrededor del mundo, un movimiento que está conformando un mundo mejor para todas las criaturas.

También puedo sugerir que los activistas aprendan tanto como puedan sobre reconocer y tratar el estrés traumático secundario – también llamado fatiga de la compasión. Los activistas necesitan cuidarse bien a si mismos para que puedan tener vidas sostenibles, como personas y como activistas. Es casi imposible evitar el trauma viviendo entre tal opresión y violencia. El mejor libro que he encontrado sobre este tema es Trauma Stewardship de Laura van Dernoont Lipsky.

Melanie Joy
Fundadora de Beyond Carnism

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1- Entrevista original publicada en veganindia.net, «In Conversation with Dr. Melanie Joy: Why We Love Dogs, Eat Pigs, And Wear Cows«, por Amruta Ubale, activista india para los derechos animales, 21 de junio de 2012. Versión ampliada de la traducción de vegetarianismo.net

2- Más sobre el libro de Melanie Joy Por qué amamos a los perros, nos comemos a los cerdos y nos vestimos con las vacas.

3- culturavegana.com, «¿Para amar o para comer?«, Melanie Joy, Editorial Cultura Vegana, Última edición: 12 noviembre de 2020 | Publicación: 11 noviembre de 2020

4- amazon.com, «Strategic Action for Animals: A Handbook on Strategic Movement Building, Organizing, and Activism for Animal Liberation: A Handbook on Strategic for Animal Liberation«, Melanie Joy, 2008. El movimiento de liberación animal está creciendo en tamaño y fuerza, pero también lo están las industrias que explotan a los animales. Estas industrias tienen muchos más recursos a su disposición que los activistas. Dado este tremendo diferencial de poder, ¿cómo pueden los activistas esperar competir? La buena noticia es que hay una manera de cambiar el equilibrio de poder a favor del movimiento. Y la estrategia es el camino. En Acción estratégica para los animales, Melanie Joy explica cómo utilizar la estrategia para aumentar exponencialmente la eficacia del activismo por los animales. Basándose en diversos movimientos y fuentes, ofrece tácticas probadas y verdaderas basadas en principios y prácticas bien establecidos. También explica cómo abordar los problemas más comunes que debilitan al movimiento, como la disidencia entre organizaciones y activistas, campañas ineficientes, recursos desperdiciados y altos índices de desgaste. Ya sea que trabajes solo o en grupo, seas un activista experimentado o seas nuevo en el movimiento, Acción Estratégica para los Animales puede ayudarte a aprovechar al máximo tus esfuerzos para hacer del mundo un lugar mejor para los animales.


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