Saltar al contenido

Razones para no comer alimentos animales, o cualquier cosa que haya disfrutado de vida sensible

Última edición: 9 diciembre, 2023 | Publicación: 8 diciembre, 2023 |

Razones para no comer alimentos animales es un folleto de 1814 sobre la dieta vegetal, escrito por Sir Richard Phillips. Fue escrito originalmente en 1811 y publicado varias veces por el autor. [1]

I.

Porque, siendo él mismo un Mortal, y manteniendo su Vida en el mismo régimen incierto y precario que todos los demás Seres sensibles, no se siente justificado por ninguna supuesta superioridad o desigualdad de condición para destruir el disfrute vital de cualquier otro Mortal, excepto en la necesaria defensa de la propia Vida.

II.

Porque el deseo de vivir es tan primordial y tan conmovedoramente acariciado en todos los Seres sensibles, que no puede conciliar con sus sentimientos el deseo de destruir o convertirse en parte voluntaria en la destrucción de cualquier Criatura viviente, por mucho que esté en su poder o aparentemente insignificante.

III.

Porque siente una absoluta e invencible repugnancia a recibir en su estómago la carne o los jugos de una organización animal muerta.

IV.

Porque siente el mismo aborrecimiento contra devorar carne en general, que oye expresar a los carnívoros contra comer carne humana, o carne de perros, gatos, caballos u otros animales, que en algunos países no es costumbre que los carnívoros coman.

v.

Porque la Naturaleza parece haber hecho provisión sobreabundante para la alimentación de los animales en la materia sacarina de las raíces y de los frutos; en la materia farinácea de Granos, Semillas y Legumbres; y en la materia oleaginosa de los Tallos, Hojas y Pericarpios, de numerosas Hortalizas.

VI.

Porque la Destrucción de la organización mecánica de los Vegetales no inflige ningún Sufrimiento sensitivo, ni viola ningún Sentimiento moral; mientras que los vegetales sirven para hacer que su propia salud, fuerza y espíritu sean mejores que los de la mayoría de los hombres carnívoros.

VII.

Porque durante treinta y cuatro años de rígida abstinencia de la carne y jugos de Seres sensibles fallecidos, descubre que no ha sufrido una enfermedad grave durante una semana; que su Fuerza y Vigor animal han sido iguales o superiores a los de otros hombres; y que su Mente ha estado plenamente a la altura de los numerosos shocks que ha tenido que afrontar por actos de vileza de sus semejantes.

VIII.

Porque, observando que las propensiones carnívoras entre los animales van acompañadas de una total falta de sentimientos simpáticos y de sentimientos humanos, como en la hiena, el tigre, el buitre, el águila, el cocodrilo y el tiburón; concibe que las prácticas de esos brutos carnívoros no ofrecen ningún ejemplo digno para la imitación o justificación de Seres racionales, reflexivos y concienzudos.

IX.

Porque observa que los Hombres carnívoros, desenfrenados por la Reflexión o el Sentimiento, refinan incluso las prácticas crueles de los animales más salvajes; y aplican sus recursos de la mente y del arte para prolongar las Miserias de las Víctimas de sus apetitos, desollando, asando y hirviendo vivos los Animales, y torturándolos sin reservas ni remordimientos, si con ello añaden Variedad o Delicadeza a sus Gulas carnívoras.

X.

Porque los sentimientos y simpatías naturales de los seres humanos con respecto a la matanza de otros animales son generalmente tan contrarios a esta práctica, que pocos hombres o mujeres podrían devorar los animales que se verían obligados a matar; sin embargo, olvidan, o fingen olvidar, los cariños vivos o los sufrimientos moribundos de la criatura, mientras se deleitan con sus restos.

XI.

Porque el estómago humano parece naturalmente tan reacio a recibir restos de animales, que pocos podrían comerlos si no estuvieran disfrazados y aromatizados con preparaciones culinarias; sin embargo, las criaturas racionales deberían sentir que las sustancias preparadas no son menos lo que realmente son, y que ningún disfraz de comida, en sí repugnante, debería engañar las percepciones simples de una mente considerada.

XII.

Porque los cuarenta y siete millones de acres de Inglaterra y Gales mantendrían en abundancia la misma cantidad de habitantes humanos, si vivieran exclusivamente de cereales, frutas y verduras; pero sólo sostienen escasamente a doce millones, mientras que el alimento animal se convierte en la base de la subsistencia humana.

XIII.

⁠Porque los animales no presentan ni contienen la sustancia del alimento en masa, como los vegetales; cada parte de su economía está subordinada a su mera existencia, y toda su estructura está compuesta únicamente de sangre necesaria para la vida, de huesos para la fuerza, de músculos para el movimiento y de nervios para la sensación.

XIV.

Porque la práctica de matar y devorar animales no puede justificarse por ningún alegato moral, ni por ningún beneficio físico, ni por ninguna alegación de necesidad, en los países donde abundan los alimentos vegetales; y donde las artes de la Jardinería y la Ganadería se ven favorecidas por la protección social, y por el carácter bondadoso del Suelo y el Clima.

XV.

Porque siempre que el número y la hostilidad de los animales terrestres depredadores pudieran tender a impedir el cultivo de alimentos vegetales, hasta el punto de hacer necesario destruirlos, y tal vez comerlos, no podría existir en ese caso ninguna necesidad de destruir la existencia animada de los distintos Elementos del Aire y del Agua; y, como en la mayoría de los países civilizados no existen animales terrestres además de aquellos.

Richard Phillips
1814

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1— Seis razones adicionales de Phillips aparecen en su obra de 1826, «Golden Rules for Social Philosophy; or a new system of practical ethics», Reglas de oro para la Filosofía Social; o un nuevo sistema de ética práctica. También se realizan varias modificaciones o elaboraciones a los motivos originales. Phillips ordena una gradación de la existencia, mediante la cual «los átomos forman las masas granulares y cristalizadas de materia inerte, formando éstas la vegetación y los vegetales la animalización». También enumera convicciones morales y mentales que desafían la «salud y el vigor» que se han aprendido de la «oscuridad intelectual y los supuestos insensibles de las escuelas médicas y filosóficas», y añade que uno debe «respetar sus propios sentimientos morales y dejar que se poderes superiores a los suyos, el equilibrio de la naturaleza y la armonización de la existencia». Finalmente, menciona nuestra ascendencia salvaje, centrándose en las tribus dentro de las colonias británicas que practican el canibalismo y la caza, el tiro, la caza de aves y la pesca, y llama a estas prácticas de la humanidad «tirania despiadada de toda la creación animada». Entre las razones de Phillips se encuentran que al ser mortal «no se siente justificado por ninguna supuesta superioridad» y que el «deseo de la vida es tan primordial […] que no puede conciliarlo con sus sentimientos de destrucción». Luego enumera la «absoluta e irrecuperable repugnancia a recibir en su estómago la carne o los jugos de un animal muerto», citando que siente la misma aborrecimiento por devorar carne que la que oye a «las personas carnívoras expresarse en contra de comer carne humana». Phillips escribe que la naturaleza ha hecho una «provisión sobreabundante […] de numerosos vegetales […] que sirven para brindarle salud, fuerza y ​​espíritu». Señala que durante los 34 años de su dieta vegetal, no ha sufrido ni una sola semana de enfermedad grave.

2— culturavegana.com, «La dieta de Phillips», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 24 octubre, 2022. Fue un maestro de escuela inglés, autor, editor y activista vegetariano. Publicó An Essay on Abstinence from Animal Food, as a Moral Duty de Joseph Ritson en 1802.


Comparte este post de Richard Phillips en redes sociales

Nuestra puntuación
(Votos: 1 Promedio: 5)

Valora este contenido...

(Votos: 1 Promedio: 5)

...y compártelo