Panfletista político estadounidense nacido en Inglaterra.

Entre sus obras se incluyen los panfletos Sentido Común (1776) y Crisis (1776-1783), que apoyaban la lucha de los colonos estadounidenses por la independencia; Los Derechos del Hombre (1791-1792), Una justificación de la Revolución Francesa; y La Edad de la Razón (1194-1196), una defensa del deísmo.
El deber moral del hombre consiste en imitar la bondad y la benevolencia moral de Dios, manifestadas en la creación, hacia todas sus criaturas. Toda persecución y venganza entre seres humanos, y toda crueldad hacia los animales, constituye una violación del deber moral.
Thomas Paine
La Edad de la Razón
El siguiente poema sobre la crueldad hacia los animales se atribuye a Thomas Paine y fue publicado en mayo de 1775, Pennsylvania Magazine cuando Paine dirigía y editaba esta publicación:
Crueldad hacia los animales al descubierto
Ocasionado por una circunstancia real
Un día vi a un miserable pálido y arrugado,
a quien la enfermedad había marchitado a medias,
y sin embargo, la triste mitad restante parecía maldita
con todas las miserias que azotaron al primero;
mientras la muerte, impaciente por unirlos,
lo perseguía con fuerza y lo mantenía a la vista.
Este miserable medio muerto se estremecía de dolor y parálisis,
bajo su brazo tomó a una gatita cautiva,
cerca de su salvaje costado se aferró con cariño,
y sin sospechar, ronroneó y cantó con dulzura;
mientras él, con sonrisas, ocultaba su oscura intención,
y la acariciaba suavemente todo el camino.
A las afueras del pueblo, manchada de suciedad y sangre,
y repugnante por el hedor, se alzaba una vulgar carnicería;
Donde decenas de ovejas, sin piedad, caían presa,
y bueyes majestuosos gemían hasta perder la vida;
donde los perros del pueblo, con la mitad de los perros de la ciudad,
se peleaban por un hueso.
El miserable lisiado a estos límites desagradables.
Su gato fue llevado, víctima de los sabuesos.
Verla viva, destrozada, miembro a miembro,
aunque él mismo apenas estuviera vivo, era alegría para él:
tan cerca y lento se arrastraba por el suelo,
como si la tierra estuviera rodeada de pájaros;
y cada paso se despedía tan débilmente,
como si el siguiente fuera a pisar la tumba;
mientras cada gusano, impaciente por su presa,
gritaba: ¡Deténganlo, deténganlo, deténganlo!
Sin embargo, ni un solo pensamiento de arrepentimiento surgió
para pedirle perdón, pero el asesino siguió adelante,
arrojó a los perros la desventurada víctima,
y aplaudió con sus manos temblorosas para que también los apaciguaran.
Los perros son perros y actúan como la naturaleza les enseñó.
Asesinar con ellos es mérito, no falta.
Tenía un palo alto, nudoso, robusto y recto,
que por muchos kilómetros había soportado mi cansado peso,
siendo compañero de mis penas viajeras,
y me fue amigo en muchas carreras extrañas,
con el que asesté muchos golpes poderosos,
hasta que cada perro sintió la venganza del cangrejo,
y al sentirlo, huyó; pues los perros, como hombres más sabios,
duermen seguros en una piel intacta,
el pobre gatito escapó, mientras Moloch, de buena sangre,
como un demonio malicioso trastornado,
parecía convulsionado, como poseído por hechizos.
O quien siente una pesadilla en el pecho,
y falto de fuerza para moverse y aliento para hablar,
permanece en la miseria hasta que las brujerías estallan.
Pero el destino, que tarde o temprano repara todos los males,
desde los más grandes hasta los más pequeños,
intentó con Moloch la misma diversión,
los perros lo atacaron y murió.
Original en inglés:
A Pale and wrinkled wretch I saw one day,
Whom pale disease had wither’d half away,
And yet the sad remaining half seem’d curst
With all the mis’ries that befell the first;
While death, impatient to unite the two
Pursu’d him hard, and kept him in his view.
This half-dead wretch with pain and palsy shook,
Beneath his arm a captived kitten took,
Close to his savage side she fondly clung,
And unsuspicious, kindly purr’d and sung;
While he with smiles conceal’d his black intent,
And gentle strok’d her all the way he went.
Without the town, besmear’d with filth and blood,
And foul with stench, a common butch’ry stood;
Where sheep by scores unpitied fell a prey,
And lordly oxen, groan’d their lives away;
Where village dogs, with half the dogs in town,
Contention held, and quarrell’d for a bone.
The crippled wretch to these unpleasing bounds.
His cat convey’d, a victim to the hounds.
To see her living mangled limb from limb,
Tho’ scarce alive himself, was joy to him:
So close and slow he crept along the ground,
As if the earth was bird-lim’d all around;
And every ;step so feebly took it’s leave,
As if the next would step into the grave;
While ev’ry worm, impatient for its prey,
Cried, Stop him, Stop him, Stop him, all the way.
Yet not one soft relenting thought arose
To bid him spare, but on the murd’rer goes,
Down to the dogs the hapless victim threw,
And clapt his trembling hands to set them too.
Dogs will be dogs, and act as nature taught
Murder with them is merit, not a fault.
A stick I had, tall, knotted, stout, and straight,
Which many a mile had born my weary weight,
Been the companion of my trav’ling cares,
And stood my friend in many strange careers,
With which full many a pow’rful stroke I dealt,
Till ev’ry dog the crab-tree vengeance felt,
And feeling fled–For dogs, like wiser men,
Sleep most securely in an unbroken skin,
Poor puss escap’d– while Moloch, good of blood,
Like some out-schem’d malicious devil stood,
Convuls’d he seem’d, like one by spells possess’d.
Or he who feels a night-mare on his breast,
And wanting power to move and breath to speak,
Remains in mis’ries till the witchcrafts break.
But fate, which soon or late, all wrongs redress,
Down from the greatest mischiefs to the less,
On Moloch’s self the same diversion tried,
The dogs fell foul upon him and he died.
El poema se atribuye a Thomas Paine, porque en ese momento era editor de Pennsylvania Magazine y esta referencia proviene del libro «La vida de Thomas Paine«, de Moncure D. Conway, publicado por primera vez en 1892. También fue atribuido como autor en «Tom Paine: Una vida política«, de John Keane, 1995.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— Nota: No hay pruebas de que Thomas Paine fuera vegetariano, pero su pensamiento influyó mucho en quienes le siguieron.
2— culturavegana.com, «La ética de la dieta», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 7 julio, 2022. En la actualidad, en todas las partes del mundo civilizado, las antaño ortodoxas prácticas del canibalismo y los sacrificios humanos son contempladas universalmente con perplejidad y con horror.
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