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El legado de Old Drum: un icono en la historia de los Derechos Animales

Publicación: 21 julio, 2024 |

El caso de Old Drum [1] es un hito significativo en la historia del derecho animal y sigue resonando entre activistas por los derechos de los animales, abogados especializados en derecho animal y personas que siguen un estilo de vida vegano.

Monumento a Old Drum [2]

Esta historia no solo destaca la importancia del vínculo entre humanos y animales, sino que también marca un precedente en la justicia estadounidense. El caso de Old Drum ocurrió en el siglo XIX, pero sus implicaciones siguen siendo relevantes hoy en día.

El inicio del conflicto

Old Drum era un sabueso apreciado por Charles Burden, un granjero en el Condado de Johnson, Missouri. Su vecino, Leonidas Hornsby, había perdido más de cien ovejas, lo que le llevó a amenazar con disparar a cualquier perro que entrara en su propiedad. Un día, Burden encontró a su querido perro muerto en un arroyo cercano, aparentemente asesinado a tiros y llevado al arroyo después de su muerte. Hornsby admitió que su sobrino había disparado a un perro con una escopeta cargada de maíz para asustarlo, pero negó que fuera Old Drum.

La batalla legal

Determinado a buscar justicia para su fiel compañero, Charles Burden demandó a Hornsby. Lo que siguió fue una serie de cuatro juicios, culminando en un histórico juicio en 1870. El abogado de Burden, George Graham Vest, pronunció un discurso de cierre que se ha convertido en una de las piezas más memorables de la oratoria judicial y un punto crucial en la historia del derecho animal.

El discurso inolvidable de George Graham Vest

En su alegato final, Vest no se centró en las pruebas del caso. En su lugar, pronunció un emotivo tributo al perro, que trascendió el contexto del juicio y se convirtió en una declaración poderosa sobre la lealtad y la amistad de los animales. Su discurso fue:

Caballeros del jurado:
El mejor amigo que un hombre pueda tener en este mundo, podrá volverse en su contra y convertirse en su enemigo. Su propio hijo o hija, a quienes crió con amor y atenciones infinitas, pueden demostrarle ingratitud. Aquellos que están más cerca de nuestro corazón, aquellos a quienes confiamos nuestra felicidad y buen nombre, pueden convertirse en traidores.
El dinero que un hombre pueda tener también podrá perderlo, se esfumará de él, quizás cuando más lo necesite.
La reputación de un hombre quedará en entredicho por un momento de locura o debilidad.
Las personas que están dispuestas a caer de rodillas para honrar nuestros éxitos, serán las que arrojen la primera piedra cuando el fracaso nuble nuestro porvenir.
El único, absoluto y mejor amigo que tiene el hombre en este mundo egoísta, el único que no lo va a traicionar o negar, es su PERRO.
Caballeros del jurado, el perro de un hombre permanece a su lado en la prosperidad y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad. Dormirá en el suelo frío donde sopla el viento y cae la nieve, sólo para estar junto a su amo.
Besará la mano que no tenga comida para ofrecerle, lamerá las heridas y amarguras que produce el enfrentamiento con el áspero mundo.
Guardará el sueño de su pobre amo como si fuera un príncipe.
Cuando todos los amigos desertan, él permanece.
Cuando las riquezas toman alas y la reputación cae en pedazos es tan constante en su amor como el sol en su viaje a través de los cielos.
Si la fortuna hace que el amo se convierta en un paria en el mundo, sin amigos y sin hogar, el perro fiel no pide más privilegio que el de acompañarle para protegerle del peligro, para luchar contra sus enemigos.
Y cuando llegue el último acto y la muerte se lleve al amo en sus brazos y su cuerpo sea enterrado en la fría tierra, no importa que todos los amigos hayan partido. Allí, junto a la tumba, se quedará el noble animal, su cabeza entre sus patas, los ojos tristes pero abiertos y alertas, noble y sincero, fiel y verdadero más allá de la muerte.

George Graham Vest

El discurso conmovió profundamente al jurado, al juez y a todos los presentes en el tribunal. El propio abogado defensor reconoció la maestría de Vest y el impacto de su oratoria.

La victoria y su legado

El jurado falló a favor de Burden, otorgándole una indemnización de 50 dólares. Más allá del veredicto, el caso de Old Drum se convirtió en un símbolo de la lucha por los derechos de los animales y la importancia de reconocer su valor y dignidad. En 1958, se erigió una estatua de Old Drum frente al Tribunal del Condado de Johnson en Warrensburg, Missouri, con un resumen del discurso de Vest, perpetuando su legado.

Relevancia para los activistas y abogados de hoy

Para los activistas por los derechos de los animales, la historia de Old Drum es un recordatorio de la importancia de la justicia y la compasión en nuestra relación con los animales. Para los abogados especializados en derecho animal, el caso destaca cómo la oratoria y la empatía pueden influir en los veredictos judiciales y en la percepción pública. Para los veganos y aquellos que defienden un estilo de vida libre de crueldad, Old Drum simboliza la profunda conexión y lealtad que los animales pueden ofrecer a los humanos.

Reflexiones finales

El caso de Old Drum nos enseña que la justicia no es solo una cuestión de ley, sino también de humanidad y empatía. George Graham Vest, con su elocuente discurso, no solo defendió a su cliente, sino que también honró a todos los animales, destacando su lealtad incondicional y su nobleza. Este evento histórico sigue inspirando a aquellos que luchan por un mundo más justo y compasivo para todos los seres vivos.

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1— Para conocer más sobre este caso y su impacto, se pueden consultar fuentes como «A Tribute to the Dog» de Gustav Kobbé, y los archivos digitales de Missouri.

2— Fred Ford de Blue Springs, Missouri, erigió un monumento a Old Drum el 12 de diciembre de 1947. Ford colocó el monumento a orillas de Big Creek, aproximadamente donde se encontró Old Drum después de que le dispararon. Ford recibió donaciones de dinero y piedras de todo el mundo para crear el monumento. La base de sesenta y siete bloques del monumento consistía en pequeñas rocas colocadas en bloques de cemento etiquetados con placas metálicas con el nombre de los donantes. Los amantes de los perros enviaron piedras desde la Gran Muralla China, México, las Indias Occidentales, Sudáfrica, Alemania, Guatemala, Francia, los Acantilados Blancos de Dover, Jamaica y la mayoría de los estados de EEUU. Desafortunadamente, debido al vandalismo en años posteriores, la base original ya no existe. La parte del monumento original que aún permanece fue construida por Indianola Memorial Works en Indianola, Iowa, utilizando piedra de granito gris. El monumento está ilustrado con un perro acosando a un mapache en el medio, un zorro en una esquina y un ciervo persiguiendo en la otra. Contiene la inscripción: Asesinado, Old Drum, 1869. Sigue siendo un símbolo de todos los perros que la gente ha amado y perdido.


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