¿Frutas o animales?¿Comeremos carne? Una declaración completa de las razones principales para mantener el principio vegetariano o frugívoro, con numerosas citas de autoridades eminentes.

7. Agrícolas.
Para sustentar a un número determinado de personas, se requiere no más de una octava parte de la tierra que se requiere para la producción de carne de res o de cerdo.
«Una porción de tierra que, si se utiliza en México para el cultivo de plátanos, sustenta a 250 personas, en Europa, con trigo, sustentaría a 10 personas, o con carne de res y de cerdo, solo a una.»Alexander von Humboldt
«Estimaciones cuidadosas demuestran que un caballo (o una vaca) requiere para su sustento el producto de ocho veces más tierra que la que alimentaría a un hombre.»New York Tribune
Un sistema de vida que rechaza los alimentos animales incluirá un sistema agrícola que rechaza los fertilizantes animales, al menos hasta que hayan sido devueltos a su estado inorgánico, mediante descomposición, compostaje con cal, etc. Si bien el organismo humano (o animal) no puede construirse con sustancias desorganizadas, el mundo vegetal sí las requiere y no puede nutrirse con ninguna otra. Las sustancias vegetales o animales utilizadas como fertilizantes, que pueden ser absorbidas mecánicamente como materia extraña, no pueden ser asimiladas por la planta en crecimiento hasta que se hayan descompuesto y devuelto al reino inorgánico. Los fertilizantes animales frescos en contacto con las plantas inducen irritación o estimulación, por absorción prematura, y generan enfermedades. Los vegetales así tratados pueden crecer rápidamente, pero son frágiles y febriles, no toleran la sequía, se descomponen prematuramente y no son tan limpios ni saludables.
James Madison Allen
1896
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— ¿Higos o cerdos? es un manual publicado en 1896 sobre vegetarianismo y frugivorismo, compilado por el reverendo James Madison Allen. La obra combina reflexiones personales del autor con una abundante selección de citas de pensadores y autoridades reconocidas de su tiempo. Allen adoptó el vegetarianismo en su adolescencia, convencido por la lectura, la observación y la reflexión, así como por un fuerte instinto ético que lo llevó a concluir que el consumo de carne animal “tiende a degradar y brutalizar a la raza humana”. Según relataba en 1898 la revista Food, Home and Garden, a los dieciséis años inició un período de siete años de formación académica y universitaria en el que se dedicó al estudio de la frenología, disciplina popularizada en el siglo XIX como la ciencia de medir el cráneo para deducir rasgos mentales. Su interés por este campo nació tras asistir a una conferencia itinerante en la que se le recomendaron los libros publicados por Fowler y Wells, célebres divulgadores frenológicos de la época. Durante esos años, Allen propuso a su hermano un sencillo experimento: abstenerse de comer carne durante dos semanas. Desde entonces, afirmaba con convicción, “nunca más había comido ni se había sentido tentado a comer un bocado de cerdo muerto (o vivo)”.
2— Nota del autor: Esta necesidad prospectiva ya se ha convertido en una realidad en China; en este país, según Sir John Davis, se desaconseja explícitamente la cría de ganado y de todo tipo de ganado, ya que agota el suelo y tiende a disminuir su capacidad de producir alimentos para el hombre. En Nueva Inglaterra, la densidad de población está restringiendo la producción local de carne a una cantidad muy inferior a la demanda actual.
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