¿Qué estarías dispuesto a hacer por los animales?

Barry Horne lo entregó TODO: su libertad, su salud y finalmente su vida. Este 5 de noviembre se cumple el 25º aniversario de su trágica muerte, y su voz resuena más fuerte que nunca entre quienes luchamos por un mundo sin explotación animal.
El activista que aterrorizó al sistema (pero nunca dañó a nadie)
Barry Horne fue condenado a 18 años de prisión por acciones directas contra laboratorios y corporaciones que experimentaban con animales. Los jueces lo llamaron “terrorista urbano”, pero sus objetivos eran claros: golpear la maquinaria de la vivisección y poner al descubierto los oscuros intereses que el gobierno y las multinacionales escondían tras los muros de los laboratorios.
Su lema era sencillo y brutal: “El dolor de un animal es más importante que la comodidad de un opresor”.
Huelgas de hambre hasta la última consecuencia
Desde la cárcel, Barry Horne llevó su compromiso al límite. Realizó cuatro huelgas de hambre, una de ellas de 68 días. Su exigencia era que el Partido Laborista cumpliera su promesa electoral: abolir la vivisección en Reino Unido.
Pero el poder le dio la espalda. Los políticos lo ignoraron, los medios lo demonizaron y las farmacéuticas celebraron su sufrimiento. El 5 de noviembre de 2001, tras años de resistencia y protesta silenciosa en su celda, Barry murió de fallo hepático.
Murió, sí… pero no se rindió jamás.
Liberador de Rocky, el delfín cautivo
Antes de su encarcelamiento, Barry fue parte de la campaña que liberó a Rocky, un delfín que languidecía en una piscina de cemento en Morecambe. Tras una enorme presión social y mediática, Rocky fue trasladado a una reserva marina y finalmente devuelto al océano.
Este fue el verdadero espíritu de Barry: romper cadenas, abrir jaulas, devolver la libertad.
El hombre que destapó el horror de los laboratorios
En una redada a Harlan Interfauna, Barry y otros activistas liberaron 82 beagles y 26 conejos que iban a ser torturados en experimentos. Además, consiguieron documentos que revelaban la lista negra de clientes de la vivisección: Glaxo, Boots, Beechams, Huntingdon Research Centre.
Su valentía dejó al descubierto la cara oculta del capitalismo más cruel: el negocio multimillonario de la tortura animal.
Un legado que nos sigue gritando
Barry escribió desde prisión:
“Nunca traicionéis a los animales. Ellos confían en nosotros. No les falléis”.
Barry Horne
Su mensaje es claro: no podemos conformarnos con reformas a medias ni con promesas vacías. El sistema político nunca liberará a los animales; solo la acción directa, la desobediencia y la presión social radical pueden romper las cadenas.
¿Por qué recordar a Barry hoy?
Porque su sacrificio no fue en vano. Porque cada vez que alguien cuestiona la carne en su plato, cada vez que una empresa deja de testear cosméticos en animales, cada vez que se cierran delfinarios o se aprueban leyes contra el maltrato, la chispa de Barry arde en silencio.
Este 5 de noviembre no es un día cualquiera: es el día en que recordamos que la lucha por los animales es cuestión de vida o muerte.
Barry Horne no murió… vive en cada acto de resistencia
Quieren que olvidemos su nombre. Quieren que pensemos que la lucha radical está muerta.
Pero Barry Horne sigue vivo en cada persona que se atreve a desafiar el especismo, en cada rescate de animales, en cada protesta que incomoda a los poderosos.
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Porque recordar a Barry es un acto de resistencia.
Porque el futuro será libre de jaulas… o no será.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
Referencias
1- culturavegana.com, «Barry Horne no ha muerto!», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 5 noviembre, 2021 | Publicación: 7 noviembre, 2020. El activista Barry Horne, un pionero de la lucha por los derechos animales y miembro activo de ALF perdura en la memoria de las personas comprometidas con la Liberación Animal.
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