El veganismo es una opción dietética cada vez mayor, especialmente popular entre los jóvenes habitantes urbanos de los países desarrollados.
Ofrecí tres argumentos principales de por qué uno puede optar por el veganismo: para evitar el sufrimiento de animales no humanos; evitar la explotación y, por tanto, la vulneración de derechos, de los animales no humanos; y para disminuir la cantidad de impactos negativos en la salud global, es decir, para mantener mejor la salud individual y la salud de los demás humanos y no humanos.
- 1— Evitar el sufrimiento de animales no humanos
- 2— Evitar la explotación
- 3— Mejorara la salud individual y colectiva
He sugerido, además, que los veganos que deseen acatar el Principio de Minimizar el Daño enfrentan un desafío: dada la gran cantidad de animales que mueren debido a los métodos agrícolas actuales, es una pregunta abierta si el veganismo puro —en lugar de, por ejemplo, una dieta mixta de ratones de campo matados por el arado más vegetales— debería ser la opción moralmente preferida.
Después, señalé dos críticas al veganismo: primero, que nos separa aún más del mundo natural, y segundo, que perpetúa el paradigma occidental androcéntrico, donde los hombres adultos de clase media urbana parecen ser los más aptos para alcanzar esta moral ideal.
Mientras que lo primero parece discutible al menos (en la medida en que depende de una concepción cuestionada de lo que es natural para los humanos), lo segundo se basa en parte en evidencia empírica no concluyente (no está claro que las dietas veganas sean nutricionalmente inadecuadas para bebés, mujeres embarazadas y los ancianos).
En general, la creciente atención, por un lado, hacia lo que constituye una dieta ética y, por otro lado, hacia el estatus moral de los animales no humanos, sugiere que el veganismo se convertirá en el centro del escenario en las próximas discusiones sobre la ética alimentaria.
Alejandra Mancilla
CSMN – Centre for the Study of Mind in Nature
University of Oslo
Norway
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— Un macaco en Suzhou, China, en 2012 está encadenado a la pared para fortalecer sus patas traseras para las actuaciones de circo. Una nueva investigación documenta la misma técnica que se utiliza en los osos.
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