Cuatro corporaciones controlan el 60% de la mayor fuente de nuestros alimentos, las semillas.
Una de cada cuatro cervezas que bebemos es manufacturada por una única compañía cervecera y de las 1.500 variedades de plátano que conocemos, la Cavendish domina los monocultivos de todo el planeta —también los de Canarias.
Lo dice el escritor y periodista Dan Saladino en su libro Eating to Extinction: The World’s Rarest Foods and Why We Need to Save Them (Comer para extinguir: los alimentos más raros del mundo y por qué necesitamos salvarlos), publicado en 2021, disponible en Amazon, describe los viajes que realizó para descubrir qué estaba ocurriendo con estas variedades cada vez más amenazadas y por qué se habían dejado de cultivar.
“Este tipo de homogeneidad no se ha visto nunca antes, y plantea grandes cuestiones sobre el futuro de nuestra comida y sus retos. Como vemos ahora en Ucrania, una de las consecuencias de depender de las grandes cosechas en regiones altamente productivas es que disminuye la resiliencia. No solo porque hace más vulnerable la cadena de alimentos, sino porque acaba con culturas que se han construido durante siglos, y economías locales que dependen de ellas”.
Dan Saladino
Saladino advierte que desde hace décadas, hemos adoptado un enfoque lineal del progreso y la producción. Los humanos hemos ignorado la importancia de la diversidad y la complejidad de los sistemas que hemos modificado.
Después de la II Guerra Mundial se produjo el mayor declive en la diversidad de cultivos, cuando los científicos buscaron aumentar la productividad para evitar las hambrunas que se esperaban. La Revolución Verde, —así se llamó a este nuevo modelo—, se fundó en la selección genética de variedades más productivas, la mecanización en grandes monocultivos, el uso de fertilizantes y plaguicidas, y la aplicación del riego por irrigación.
Los resultados fueron espectaculares: la producción de cereales se triplicó para una población que se estaba duplicando y el grano que sobraba sirvió para alimentar al ganado que, se cuadriplicó en 60 años.
“Pero fue una secuencia de pasos, a partir de descubrimientos científicos y tecnológicos, que se fueron dando de forma reduccionista. Al centrarse simplemente en la cantidad, ignoraron otros factores como la degradación de los suelos, la necesidad de mayores cantidades de fertilizantes como consecuencia de esa degradación, la dependencia de los combustibles fósiles y la vulnerabilidad a las plagas por la similaridad genética de los cultivos”.
El resultado es que enfermedades como la fusariosis del trigo, la enfermedad del dragón amarillo en los cítricos o el mal de Panamá en el plátano Cavendish han puesto en peligro plantaciones por todo el mundo, y amenazado con el hambre a grandes poblaciones. Los cerdos, los pollos, las vacas, también se han vuelto de diversas maneras más vulnerables. El riesgo de enfermedades como la gripe aviar o gripe porcina es mucho mayor en las granjas industrializadas que solo crían especies seleccionadas genéticamente por su alta producción. El modelo es obsoleto.
“Ahora la guerra en Ucrania ha puesto a la vista nuestra vulnerabilidad. El impacto de la producción en una parte del mundo pone en riesgo que en otros lugares tengan suficiente comida. Por eso, hay gobiernos que han tomado medidas ante la inestabilidad. India ha dejado de exportar trigo y está considerando volver a la producción de mijo, desplazado hace décadas por el trigo o el arroz. Reino Unido está diseñando un plan para producir más alimentos dentro del país. Creo que es inevitable que veamos un cambio”.
Dan Saladino
En 2017, en el Foro de Bienes de Consumo en Berlín, el entonces director de la multinacional Danone, Emmanuel Faber, dijo que el sistema había alcanzado sus límites. Durante la conferencia, sugirió que la idea de que la comida podía considerarse una mercancía más a merced del mercado era insostenible y que si la industria no cambiaba era solo porque el consumidor desconoce cómo funciona.
El sistema ha desconectado completamente a los individuos de su propia comida, advirtió.
“Faber reconoció que estamos en bancarrota de alimentos y que para asegurar el futuro necesitamos las variedades genéticas de alimentos que estamos dejando morir”.
Dan Saladino
En aquella conferencia, los números fueron impactantes: en el mundo, dos tercios de nuestra comida provienen de solo nueve plantas, el 40% de los suelos ya está degradado, y la industria lechera de algunos países como EEUU depende en un 99% de una sola raza de vaca: la frisona.
Las cuatro compañías que proveen al mundo más de la mitad de sus semillas son Corteva, ChemChina, Bayer y BASF. Todas empezaron como negocios de productos químicos, pero, poco a poco, fueron interesándose en el mercado de las semillas y comenzaron a comprar empresas más pequeñas. Hoy en día, estas compañías venden “paquetes agrícolas” que además de semillas incluyen sus propios pesticidas y fertilizantes.
“Hay que preguntarse si compañías de tal magnitud pueden proveer la diversidad que se propone en el libro. Igual que estamos atrapados en un sistema, estas compañías están atrapadas en una manera de operar que se basa en consolidar empresas cada vez más grandes”.
Dan Saladino
Saladino señala que los gobiernos gastan millones en subsidios que favorecen este modelo: millones de dólares en monocultivos de maíz en Norteamérica, de euros en los cultivos cada vez más homogéneos de trigo en Europa y de yuanes para mandar más pesqueros a aguas sobreexplotadas.
“No habrá un cambio radical hasta que esos billones de billones que sustentan el sistema se redirijan y cambien”, augura. “Los subsidios respaldan el sistema, y son motores de cómo se produce la comida y cómo el mundo se alimenta.”
Dan Saladino
Quién es Dan Saladino
Dan Saladino es periodista y locutor. Realiza programas sobre comida para BBC Radio 4 y BBC World Service.
Su trabajo ha sido reconocido por los premios Guild of Food Writers Awards, Fortnum and Mason Food and Drink Awards, y en EEUU por la James Beard Foundation. Eating to Extinction recibió el premio Jane Grigson Trust Award 2019. Vive en Cheltenham y sus raíces son sicilianas.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— culturavegana.com, «El recurso natural más privatizado son las semillas», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 18 noviembre, 2021. La investigadora Raquel Ajates González ha mapeado el tráfico de semillas en España para entender cómo se comparte y perdura este valioso patrimonio.
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