El actor lo confiesa en una entrevista reciente con The Guardian publicada el 21 de julio de 2025

James Cromwell, el icónico actor que interpretó al granjero Hoggett en la película Babe (1995), ha revelado que en el segundo día de rodaje tomó una decisión que cambió su vida: se volvió vegano. Aunque ya llevaba casi 20 años como vegetariano, fue ver en la sala de rodaje los mismos animales con los que había interactuado esa mañana—ahora servidos en el almuerzo—lo que lo empujó a adoptar un compromiso completo con el veganismo.
Un despertar moral en el set
Según Cromwell, aquel almuerzo fue el punto de inflexión: “Todos los animales con los que había trabajado esa mañana estaban en la mesa, cortados, fricasé, rostizados. Fue entonces que decidí ser vegano”. A sus 85 años, Cromwell ya es un defensor de los derechos animales y figura activa de PETA, y ha participado en numerosas acciones públicas, incluidas protestas y rescates como el de un cerdito llamado Babe en 2023, en homenaje a su personaje cinematográfico.
Rodaje con animales reales y tecnología innovadora
La producción de Babe combinó animales reales (ovejas, border collies, caballos, patos) con marionetas animatrónicas extremadamente detalladas. El artista Neal Scanlan describió el uso de técnicas pioneras: cada vello del cerdito artificial se insertaba manualmente, y su piel era de una silicona flexible trabajada con precisión para simular realismo extremo. Incluso los ojos prostéticos del cerdito se animaban mediante un mecanismo interno que permitía cambios en el diámetro de la pupila.
Las condiciones climáticas exigentes de Australia, donde se rodó la película (Robertson, Nueva Gales del Sur), complicaron aún más el trabajo técnico. Las marionetas tenían que protegerse del calor con mantas de aluminio para evitar sobrecalentamientos.
Una escena final que conmovió a todos
Uno de los momentos más icónicos del filme es la secuencia en la que las ovejas forman filas perfectamente sincronizadas y siguen a Babe—resultado de cinco meses de entrenamiento intensivo. Cuando Cromwell dijo «Away to me pig», las ovejas recorrieron el circuito sin vacilar. Al cerrar la compuerta, los 200 extras presentes estallaron en vítores. Cromwell rememora que al pronunciar su frase final (“That’ll do pig, that’ll do”) frente a la cámara, vio reflejado en el objetivo a su padre, director y crítico, y por primera vez sintió un acto de perdón y conexión interior.
El impacto cultural y emocional
Cromwell contó que muchas personas también vivieron un despertar moral tras ver la película. En una ocasión, una mujer le comentó que Babe arruinó su relación con su hija, ya que antes compartían comer Big Macs y después la hija dejó de consumir animales. Su reflexión fue contundente: “Si eso era lo que sustentaba tu relación, pues ya no servía”.
Activismo y legado continuo
Más allá del cine, Cromwell ha dedicado décadas a la defensa de los animales. Se convirtió en vegetariano tras presenciar la crueldad en un matadero en Texas en 1974, y desde el rodaje de Babe ha sido vegano y activo en causas como PETA. En 2017 fue arrestado protestando en SeaWorld, y en 2022 llegó a pegar su mano al mostrador de Starbucks para denunciar el recargo por alternativas vegetales, argumentando que eso discriminaba a quienes no podían consumir leche animal.
En 2023 fue partícipe del rescate de un cerdito al que nombraron «Babe», quien ahora vive en un santuario en Pensilvania; un acto simbólico que reafirma el poder transformador que tuvo la película en su vida y su elección ética.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— Documentales Cultura Vegana
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