Sara Sálamo, Nuria Gago, Sara Rivero, Irene Visedo, Nathalie Poza, Verónica Echegui, Carolina Yuste, Elisabeth Larena y Lluvia Rojo publican un manifiesto escrito por la periodista Lucía Arana.
Un perro de raza beagle dentro de una jaula. El suelo es de listones de plástico verde con ranuras. El animal mira a la cámara y tiembla con todo el cuerpo.
Un conejo de perfil. Sólo vemos la cabeza que sobresale de una caja blanca de inmovilización en la que tiene metido el resto del cuerpo.
Un pequeño mono es sujetado boca arriba a una mesa. Dos manos con unos gruesos guantes amarillos lo agarran con fuerza de los brazos. Otras dos manos con guantes de plástico verde lo sujetan de las piernas. El mono mira fijamente a la persona que lo está sujetando. Su expresión es de terror.
Una rata blanca mira a la cámara, olisquea, lleva una especia de guía o cánula colocada en la espalda. Una persona vestida de azul con unos guantes de goma blancos introduce ratones en unos tubos estrechos y transparentes. Los ratones son presionados hasta el fondo del tubo y allí son forzados a inhalar algo.
Una persona sujeta a un conejo de la cabeza. Le abre el ojo con una mano y con la otra le echa un producto dentro. El ojo está fuera de sus órbitas y totalmente enrojecido.
Alguien sujeta el morro de un perro beagle con una mano mientras le introduce una goma de color naranja en la garganta. Mete una gran longitud de goma en la boca del perro. Se oyen gemidos y gritos de animales de fondo. Tras introducir la goma coge una gran jeringa llena de líquido amarillo y lo introduce de golpe en la goma. El perro realiza un movimiento brusco.
Un conejo en una jaula está de perfil. Tiene la parte del lomo afeitada y unos recuadros de color negro pintados en la piel. Son lugares en los que se les aplica o inyectan los productos para la prueba de toxicidad.
Un cerdito de pocas semanas está colgado en una hamaca. Las patas delanteras y traseras cuelgan a través de cuatro agujeros hechos en la tela de la hamaca. Tiene el cuerpo vendado y algo en la oreja. Tiene los ojos entornados y mueve todo el cuerpo como si tuviera dolor.
Alguien cuya cara está pixelada dibuja con un rotulador un número en la frente de un perro beagle. El perro lleva puesta una campana. Un conejo de frente metido en las cajas blancas que se usan para experimentar. Sólo se le ve la cabeza, no se mueve.
Cinco ratoncitos blancos se mueven dentro de un recipiente de cristal transparente con el suelo de rejilla. Seis perros de raza beagle saltan tras las rejas de dos jaulas. Hay tres animales en cada jaula. Quieren salir.
Las protagonistas de Nos Miran
Nathalie Poza, Lluvia Rojo e Irene Visedo han producido este manifiesto artístico. En el equipo de cámara estuvo Kiko Prada y en el montaje, Ángel Pazos. La traducción al inglés es de Kevin Kajetzke. Las fotografías de las actrices son de Félix Valiente.
Desde el pasado 8 de abril, día en que la organización Cruelty Free International CFI destapaba los horrores a los que el laboratorio sometía a los animales con los que se realizaban pruebas de toxicidad para la industria cosmética, química, agroquímica, de biocidas y productos sanitarios, las protestas, acciones de repulsa, declaraciones y demás noticias relacionadas con el tema se han ido sucediendo sin dar tregua ni dejar que el asunto caiga en el olvido. Una avalancha de informaciones que han incendiado las redes y han agitado a la sociedad, de la que esperamos haya un cambio importante en la forma de relacionarse con los demás animales.
Vivotecnia es un laboratorio de tantos. Hay muchos más centros de experimentación animal y ante la solución bienestarista propuesta por los agentes políticos de poner cámaras en cada uno de esos centros de experimentación, cada vez más personas están dispuestas a luchar hasta el final. La sociedad exige respeto hacia los demás animales, y una demanda creciente de personas demandan a la comunidad científica y los que la financian alternativas reales al uso de animales. Ya nadie se conforma con cerrar Vivotecnia, un mensaje a la sociedad ha emergido con fuerza a raiz de las atrocidades de estos centros empujando hacia un modelo científico no basado en la experimentación animal. Los animales no pertenecen a los humanos y la experimentación animal es una aberración inaceptable que nos delata como especie destructiva.
Al igual que en los mataderos, los laboratorios son lugares de crueldad y sufrimiento. De nada sirve un código de bienestar mientras el fin sea explotar y torturar animales en beneficio del ser humano, de nada sirven cámaras que graban cómo se tortura y mata mejor o de forma más ética.
Que Vivotecnia sirva para abrir el discurso. Un discurso que no acepta la experimentación animal y que inagura una etapa para una nueva sociedad, empática, protectora de cualquier especie, una liberación del holocausto animal al que hemos llegado y hacia donde no hay vuelta atrás.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1- Web de Cruelty Free International
2- cadenaser.com, «Nunca había visto imágenes así: Vivotecnia un caso de maltrato animal en ensayos científicos», Marisol Rojas, Cadena SER, 13 de abril de 2021
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