¿La leche de almendras es una bebida sostenible? … su producción masiva pone en riesgo la supervivencia de las abejas.
La leche de almendras es una bebida que aparece en muchas recetas de origen medieval como alimento empleado en los platos cuaresmales y también en otras recetas paganas que actualmente se preparan con leche de vaca. Históricamente la bebida de almendras se denominaba en la Edad Media con la forma latinizada amygdalate. Su consumo se extendía desde los países europeos hasta el este de Asia. La bebida de almendras era conocida tanto en el mundo islámico como en el mundo cristiano.
El libro de cocina medieval denominado el Viandier de Guillaume Tirel, alias Taillevent. En los años, desde 1375 hasta 1380. dedicado a los chefs de los reyes franceses Carlos V y Carlos VI, encontramos una receta para elaborar y producir lait d’amande. La bebida de almendras era una receta muy común en Taiwán, incluso más que la bebida de soja.
Con el afán de proveer de productos más sostenibles al mercado, las alternativas a los productos lácteos y cárnicos no han dejado de aumentar en los últimos 5 años. Sólo en EEUU, el consumo de leche de almendras ha aumentado en un 250% en ese período, lo que se ha traducido en un aumento de la facturación de 1.200 millones de dólares al año. Sin embargo, una cadena de explotación animal se esconde detrás de la narrativa ecológicamente responsable de estos productos. Las abejas son las más severamente afectadas.
La leche de almendras ó bebida de almendras, proviene del árbol Prunus dulcis, que se cultiva en variadas regiones del mundo. Sin embargo, es el Valle de California donde se encuentran los centros de producción más extensos y voluminosos del planeta.
Se calcula que el 80% de la producción de todo el mundo proviene de este lugar, según un reportaje de The Guardian [1]. En California las abejas mueren de cansancio, literalmente. Las abejas forman parte fundamental de la cadena de producción: se sobreexplotan para polinizar a los almendros. Hasta 1/3 de las poblaciones de abejas en EEUU son criadas para uso y explotación comercial en las plantaciones de almendros.
El dato es que 50.000 millones de abejas murieron en invierno de 2020. Este escalofriante dato, revela que las muertes se deben al uso de pesticidas para la agricultura, que debilitan a las abejas hasta que mueren. El agotamiento de las abejas no sólo es producido por la intoxicación que padecen de los pesticidas. Las abejas necesitan descansar en invierno. Los campos de producción donde polinizan a los almendros no respetan esta necesidad. De esta manera, el biorritmo de las abejas se interrumpe y altera, afectando su salud y causando su muerte.
A pesar de que el sector agroalimentario global depende en gran medida de las abejas, las prácticas irresponsables y poco éticas se están cobrando miles de millones de abejas muertas al año en todo el mundo. Al respecto, Almond Board of California destaca que las causas de muerte pueden ser mucho más amplias:
«Estamos colaborando activamente con los apicultores para entender cuáles son las principales causas de exterminio: ácaros varroa, parásitos y enfermedades en general, exposición a pesticidas, falta de forraje, nutrición, diversidad genética insuficiente, …».
Desde 2014, esta institución trabaja en diseñar un conjunto de pautas para garantizar mejores condiciones de vida para las abejas en los campos de cultivo. Bajo el nombre de Honey Bee Best Management Practices (BMP), pretenden convertir «las plantaciones de almendros sean un lugar seguro y acogedor para las abejas».
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1- theguardian.com, «Like sending bees to war: the deadly truth behind your almond milk obsession», Annette McGivney, The Guardian, 8 de enero de 2020. Las abejas son esenciales para el funcionamiento de la titánica industria de las almendras de Estados Unidos, y miles de millones mueren en el proceso.
2- culturavegana.com, «Las polinizadoras», Documentales Cultura Vegana, Publicación: 9 agosto, 2020
3- culturavegana.com, «¿Por qué los veganos no comen miel?», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 21 mayo, 2021
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