Saltar al contenido

Entrevista al «poeta de los animales» [parte 1]

Última edición: 23 noviembre, 2023 | Publicación: 21 noviembre, 2023 |

Noviembre 2023

Foto de Elisa Ramón

1— Puede que te lo hayan preguntado varias veces, pero ¿de dónde viene lo de «poeta de los animales»?

El término lo acuñó ANDA, en una de las entrevistas primeras que respondí como escritor. La entrevista apareció en la revista SOS Animales, y en ella, en la foto principal, aparecía yo sentado ante la mesa de escritura en un cuarto de Valencia, donde vivía, y aparece mi perra Reina, que tanta felicidad me dio pero murió tan terriblemente (queda todo reflejado en la canción «Vuelve Reina», de Graciela Folgueras, que del poema que hice, destrozado de dolor, realizó Folgueras una canción tremendamente emotiva, se puede ver en youtube). En esa entrevista, en el mismo titular, ya ponía «Ángel Padilla, el poeta de los animales». No recuerdo si yo en apartes les dije a los de ANDA que escribía por los animales y no veía que muchos más lo hicieran, etc. Cuestión que llevo denunciando hasta la actualidad, por ejemplo reflejada en la canción «A los poetas«, de la misma Graciela Folgueras y que se puede escuchar también en youtube, nos dice que la literatura es bella pero es una profunda estafa en tanto a que es mentira en buena parte de su mención del mundo: han grabado a los animales como lo que no son, cosificándolos como están en la misma vida de los humanos especistas, realidad y ficción se han espejado y desde los libros pocos o nadie habían hablado hasta entonces por los animales, me refiero en un libro de ficción y/o creatividad (que de ensayo ha habido varios), una novela o un libro de poesía. En la actualidad, por fortuna, ya hay más poetas y escritores que ocupan obras enteras para los animales, no reflejándolos como en los álbumes de propagandas de juguetes donde se vende «granja de animales» o «caballito para montar» sino que, en forma animalista, se introduce el autor en sus conciencias y construye algo parecido a su voz (nunca lograremos imitar la dulce y honda voz, desgarradísima como una estrella que se mueve, de los animales sometidos), para que el humano se asome al tormento del holocausto animal. Entonces, como decía, me gustó el término, lo sabía mío, el de «poeta de los animales» (como a Castro Alvés, el poeta de los esclavos, le nació el término, y le fue grato); de igual forma ocurrió que a partir de esa entrevista en algunos medios otros animalistas me denominaban así, y yo no lo evitaba, incluso lo alentaba, me decía: si en las cosas que haga, por pequeñas que sean, aparecen los animales en primera nota, ¡ya son visibles! Todos sabemos que la mayor baza de los explotadores de animales es ocultar la explotación, asociar animales usados con bienestar, y no con tortura. Desde la poesía y otras formas del uso artístico de la palabra vengo escribiendo décadas libros para denunciar la tortura animal por el pertinaz, en su malevolencia, humano. Mi deseo no es ser «el» poeta de los animales, sino uno más de decenas, de cientos. La realidad no invita a la esperanza en terreno literario. Aparte de los pensadores y filósofos animalistas, para la creación alta está, por suerte, Amanda Eznab, que nuclearmente escribe para los animales y la naturaleza. No conozco otro poeta de altura (y conozco muchos) que dedique el grueso de su obra a ser línea de comunicación, con la potencia eléctrica del río, de los animales sometidos hacia nosotros. También opino que la filosofía sobre los animales deja mucho que desear; releí el «Liberación animal» en su versión revisada por el autor publicada en 2023 y me nacían las arcadas en toda su lectura, como cuando lo leí por primera vez, asombrado por todo lo que Singer revelaba. Singer fue válido por lo que reveló, la realidad del sufrimiento animal, con descripciones que hasta entonces no teníamos, datos y detalles. Lo peor de la obra, la opinión del propio Singer, que es bienestarista y que siempre la acaba cagando aquí o allá con concesiones al dominio humano sobre el resto de los animales. Sobre todo patinan en terreno de la vivisección, donde casi todos los veganos defensores de los animales no son radicales diciendo No a toda la vivisección. Ellos dicen, No aunque si se realiza para… (cuando per sé, la vivisección además de crudelísima es una completa estafa porque no es un método válido, como demuestra sobradamente Javier Burgos).

2— ¿Dónde te sientes más cómodo, en la novela o en la poesía, prosa o verso?

Siempre digo que esencialmente soy poeta. Puedo escribir novelas, se han publicado varias novelas mías, y teatro, se han estrenado obras, hechas en teatros y representadas para niños con muñecos de guiñol. Desde mis inicios salté cómodamente de la novela a la poesía, incluso escribía al mismo tiempo novelas y libros de poesía, podía hacerlo. Sigo haciéndolo. Para mí son lo mismo. Pero cuando paso, camino, por un libro de poesía, en concepción, me siento más en casa. Soy más yo. La novela requiere mucho más razonamiento lógico. No digo que la poesía no, los entramados internos, los cimientos de toda obra poética, están pensados con mucha estrategia y lógica, mas la forma tiene más vuelo, pluma y cielo alto. En la novela hay que pensar más en si tal personaje queda creíble (o increíble, si da susto, si queda loco…), si lo que dijo páginas después se corresponde con su personalidad, si todo encaja con un hilo tenso y entretenido. Una novela, por mucho vuelo poético que tenga, ha de ser entretenida, que te enganche, el misterio. Siempre comienzo con un enigma. Mis novelas comienzan ya con el nudo, en general. Y siempre me salen con miedo. Trabajo con el terror, a menudo. Un crítico dijo de mi poesía que es una poesía de terror. Así, comienza todo con un temblor, cada obra, con un conflicto desde la primera página. Las novelas traen ya al abrirlas un fuego o una explosión, un tornado. Pero es que los libros de poesía también. Me interrogo mientras escribo ahora y me doy cuenta de que tanto poesía como novela las escribo en forma muy parecidas, de hecho todos mis libros de poesía son temáticos, lo que llaman en música «álbum conceptual». Entonces cada poemario mío, por extraño que le parezca en su lectura a un neófito o poco leído en poesía, se puede leer como un cuento, una narración de hechos. En definitiva, necesito como el respirar escribir novela y escribir libros de poesía. Escribo, por lo dicho, que me siento más cómodo y libre, más libros de poesía que uso la prosa. Pero también es muy cierto que de cuando en cuando necesito urgentemente introducirme en una nueva novela, porque hacer crecer un mundo con identidades, espacios y luces y colores (pintar, en definitiva, soy tan poeta como pintor) me parece un acto mágico, y si es usado ese espacio y personajes para reflejar una opresión, entonces la tarea es mucho más relevante. Me siento saltando de una barquita a otra, todas endebles, todas a punto de naufragar en un mar tormentoso, e intentando salvar mi cuaderno de diario donde, si me hundo, que será algún día (y cada día temo que me viene más cercano, y no lo temo por mí sino por mi obra, de si no la dejo bien cerrada y destinada a su fin, sobre todo la parte más esencial de ella), alguien pueda leer lo que vi en la travesía, esté escrita en la forma en que esté escrita esta.

3— Tu activismo parte de tus libros y de la lucha animalista, usas, de hecho, tus libros, físicamente, en muchas de las acciones directas que has llevado a cabo.

No diferencio mi obra de mi vida. Cuando digo que no soy ciudadano, no miento, porque renegué de ello hace tiempo. Y digo que soy animal porque al dejar de ser hombre y persona, soy la base: animal. Porque los humanos se llaman humanos a secas para arrojar al cubo de la basura (como trituraba las noticias que ponían en duda el pensamiento único el Ministerio de la Verdad en «1984», de Orwell), de su biológico constructo animal humano, lo de animal, así animales son el resto de las especies y ellos, ‘sólo’, humanos. Así, se separan, son otra cosa, mejor se entiende, eso dicen, caraduras. Como los burgueses y los condes y casas reales, lo de la sangre azul, y los demás no la tienen. Y se lo creen, y lo hacen creer a los nacidos, cada hornada de nuevos nacidos (además de apuntalar el clasismo, para que el capitalismo subsista): somos superiores al resto de las especies, eso ven y oyen decir y lo hacen suyo los bebés humanos aun cuando comienzan a hacer primera aventura del mundo fuera de la madre, y lo hacen suyo, y se convierten en nuevos especistas, en nuevos crueles peligros para cada individuo de las otras especies. Todo bien tramado, la farsa, la estafa. Desde» el nacer ya el bombardeo especista, en los juguetes, «establo de caballos», «kit de pesca», «cocina (para niñas)», todo tipo de «caballitos para montar»… Como en las sectas destructivas, en las religiones, el cliché se forma por la repetición, una mentira repetida miles de veces, en el inconsciente ya es una verdad. Por ello creo que ahora toca generar la disonancia cognitiva, cuando poco, para que luego después del trauma de las dos ideas contrarias (1. he de oprimir animales porque es mi derecho, 2. no he de hacerlo, porque su derecho no se debe ver afectado por mis caprichos, sean los que sean y vengan ordenados por quien/es sean). Y no creo que el animalismo actual esté trabajando bien, lo hacen a destiempo, se han quedado anticuadas las acciones, la manifestación, la charla por las calles, luchar en la educación. Todo eso era bueno por sí mismo hace veinte años. Hoy, cuando el divide y vencerás, cuando la masificación de información es más intensa que nunca, cuando cada idea o voz que se alza de inmediato se hace una papilla con el otro millón de voces que hacen «ruido constante», donde la oscuridad de la estupidez es la luz de cada día de millones de personas que viven una mentira, una locura colectiva, un onirismo donde creen sentirse cómodos y libres, como en la cueva antigua de Platón, debe haber locos que hablen de la luz de fuera. Deben seguir las formas de protesta y visibilización del infierno animal, pero deben aumentar las protestas agresivas y creativas, a la altura (o bajura) de este tiempo, que son más efectivas. Es como si en una noche donde un barullo de voces de muchos lo cubre todo hablas, no se te oye. Pero haz tu voz de luz y grita, te verán. En eso consisten mis activismos (y muchos de otros activismos agresivos tipo los de Femen o Pussy Riot, que los hay por todo el mundo, sólo que no se les hace el suficiente eco, «El ejército de los saris rosas», la resistencia palestina de los niños como la de la admirable Ahed Tamimi,  y deseo que se hagan mundiales, todos esos alzamientos de Unos y Unas, brillando entre la sombra de la quietud general y ausencia de ideas que puedan hacer más ruido que el ruido que rodea y apocha nuestras casas y lechos. Si muchas y muchos hacemos disrupción en todos los lugares, colegios, iglesias, mercados, zonas de ejércitos, calles, azoteas, reuniones de esto y lo otro, grandes charlas abarrotadas de gente donde se habla de esto y lo otro, allí entrar y en forma novedosa hablar por ellos y por la Tierra. Pondré un ejemplo. Cuando entré en el Auditorio Arturo Varea de Burriana (Castellón), lleno de gente en donde toreros y ganaderos hablaban de «la próxima temporada taurina», a voz en grito recitando mi poema antitaurino «Mañana», con mi libro de poesía antitaurina en las manos «La guadaña entre las flores», estoy en un acto de resistencia potente, porque ya no es alguien diciendo algo contrario a lo que dice otro, rompo el canal y los desconcierto. En una presentación de tortura taurina (para ellos cultura), entro leyendo un libro de poesía (que por cierto -no por casualidad, claro-) donde se protesta por la muerte del toro en el ruedo. El residuo es Cultura contra tortura. Por supuesto estos actos no servirían si luego no salieran en prensa. Deben hacerlo para que otros los hagan en otros lugares. Cada una con lo que sabe hacer. ¿Sabes tocar el violín? ¿Posees una buena voz, cantas? ¿Bailas, y podrías realizar una coreografía contraria al martirio animal? ¿Eres mimo, payaso, buen orador? Usa tu capacidad, piensa bien, inventa una acción que sorprenda y genera la «disrupción». Estos actos, insisto, si son pocos, no valen; si creciera en el mundo el número de disruptores en todos los lugares, y fuera insistente y sin freno, los coordinadores, financiadores y directores de estos actos, sean los que sean, donde se habla de animales torturados como cultura, donde se tortura a animales por el pueblo como algo bonito y es vomitivo, donde «legalmente» se llenan pueblos de gente para celebrar su tradición anual de matar animales en mercados, o perseguir toros por los valles, caballos que bajan de las montañas o cerdos engrasados, allí deben entrar cinco tíos cantando una canción, guitarra tocando, entre las gentes; varias mujeres pueden entrar gritando, vestidas de harapos y con atrezzo de teatro, representando una tragedia, o desde las terrazas varias cabezas de activistas aparecen imitando el sonido de los toros, como una alarma natural, interrumpiendo los actos, boicoteándolos, haciendo pensar al resto, cuando salgan sus hechos en las noticias. El animalismo, sus actores, no son todavía ni el grano en el culo necesario del especismo, caen simpáticos, son la anécdota. En tanto el animalismo no esté completo y sobrado de «locos y locas» que se arriesguen y entreguen por boicotear todos y cada uno de los actos especistas, con acciones que disloquen y los del plano pensamiento (todos, en suma, los que creen que pueden oprimir saliendo impunes) finalmente se reúnan y contemplen, porque ya les es muy molesta nuestra presencia, la supresión del acto o actos porque les es más problemático realizarlos ya, porque nos van a encontrar, que hacer otra cosa. Imagina que en cada programa de TV en directo nos interpusiéramos ante las cámaras para Decir. Que en lugar de haber tanta gente quejándose gastando su tiempo, lo empleasen en ser grano en el culo de cada publicación que aparece en contra de los inocentes, lanzar otra flecha incendiada hacia ellos. Que no haya un fuego sin respuesta. Charco sin bota, mano cogiendo caracoles al finalizar la lluvia para hacerse un guiso, y otras manos allí quitando de las manos agresoras los caracoles a los que cometen crimen contra los campos y descampados. Contra un cazador, tres paseantes campistas que le joden la tarde. Contra un pescador, alguien que desea bañarse justo allí. En las carnicerías, gente con camisetas y cartones con los animales como realmente mueren, bajando en paracaídas en las lonjas activistas haciendo llover flyers con mensajes de «Asesinos, volved a vuestras casas en veganismo!» (en silencio, con respeto). Cuando seamos la peor opción en sus cosas, esas cosas ya no las harán. Entonces lograremos el cerco a sus actos de opresión animal. La calma y la tolerancia no han funcionado. Sólo por sofocación se apagan los incendios.

4— Hemos planeado esta entrevista en dos partes. Si te parece, hasta próxima entrega, nos gustaría saber qué obras trabajas y si alguna pronto verá la luz.

Terminé «La Bella Revolución» en su edición definitiva. Ahora está siendo leída por una editorial, cruzo los dedos porque hay algo en mí que me dice que saque cuanto antes mis obras, está el mundo tan mal, y siempre pensé que no pasaría de los cincuenta años (es una idea de mi atolondrada y oscura niñez y juventud, en que era más loco que ahora, aun); aunque al conocer a Iratxe, mi mujer, supe que podría soportar el mundo el tiempo que sea, porque como digo en muchas pares de «La Bella Revolución», Iratxe es el verdadero mundo (porque lo refleja, porque lo acoge, porque el mundo habla desde en sus labios). Y, por otro lado, o el mismo, porque es una obra que toca iguales temas, mi texto de teatro «Los hijos de Romeo y Julieta» ha sido aceptado para edición por la editorial La Consentida, cuestión que me llena de alegría porque es un texto muy completo en explosión de fuegos de valores animalistas y de respeto a esta Tierra y sus mares, bosques y cielos, libro para el que tengo grandes planes. La profesora de oralidad en el texto teatral, Pepa Zanón, está medularmente en los planes; es quien me ayudará a darle marcha a las formas que el texto adopte en el tiempo, desde la presentación del libro «dramatizada», en que se leerá éste, una parte imagino; después puede que si todo va bien se prepare una lectura dramatizada para radio, y después, tarde o temprano, se representará en teatros. Luego, para primeros meses de 2014, Hades sacará la novela animalista «Humanzee«, que cierra la trilogía animalista que es conformada por «Mundo al revés: Origen«, (Sportula), «Mundo al revés: HISTORY» (ediciones Hades) y esta tercera que es «Humanzee», que creo es la más completa, la más potente de las tres novelas. Aunque no me hagáis caso, para mí siempre el último libro es mejor que lo anterior. También espero respuestas de otras obras mías que son examinadas por editoriales, incluso alguna cosa mirada para el cine, pero eso tarda, tarda mucho. En general tarda todo mucho. Y yo no tengo tiempo. Los animales no disponen de tiempo. La Tierra, su vida, su vergel, talado a diario, es finito. Por eso me atormento en la celeridad por sacarlo todo, pero no hay forma humana de eso. Así que tantas veces paseo por los caminos de campo de alrededor de la casa donde vivo con mi amada Iratxe, y pienso, bajo un cielo azul lleno de chemtrails, intento relajarme. Intento ser como Billy el Niño, sacar humor hasta de los momentos en que ya parece que el cadalso es todo y cada rama parte de mi horca. El luchador por los animales ha de saber convivir con los fantasmas y el dolor de alma. Mi familia y amigos saben lo payaso que soy, estallo luces con mis manos de continuo, para iluminar una noche y darle sentido a un mundo que no parece tenerlo por ningún lado. Animal soy, y por eso me digo: Calma, paciencia, vive el instante. Levántate como los más altos que viste. Ruge como sabes.

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1— Ángel Padilla, nació en Valencia (1970) y es autor de numerosas obras de poesía y narrativa, letras de canciones y textos teatrales. Colabora en varios periódicos, entre ellos Diario Siglo XXI, con su sección “Platero y Rocinante“, en El Periódico, con la sección “Yo, animal” y en Moon Magazine, con su sección “La habitación de Elizabeth Heilryck“. Incardinado en los últimos tiempos en el movimiento Eco-Art o nature art como uno de sus componentes, ha sido más conocido desde hace dos décadas como el “poeta de los animales”. Se caracteriza fundamentalmente por su defensa de la Naturaleza y la lucha contra la esclavitud de los animales, promulgando una vida ética fundamentada en el veganismo.
Su versatilidad, que extrapola el movimiento de liberación animal incluyendo al animal humano, le incluye asimismo en el movimiento de la Poesía de la Conciencia o de la Conciencia Crítica.

2— culturavegana.com, «Carta de los animales esclavos a los humanos animalistas», Ángel Padilla, Editorial Cultura Vegana, Última edición: 5 octubre, 2023 | Publicación: 4 octubre, 2023. Hablamos muchas. Hablamos muchos. En esta voz.

3— culturavegana.com, «Entrevista al “poeta de los animales” [parte 2]», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 21 noviembre, 2023.


Comparte esta entrevista a Ángel Padilla en redes sociales

Nuestra puntuación
(Votos: 3 Promedio: 5)

Valora este contenido...

(Votos: 3 Promedio: 5)

...y compártelo