Hugo Wolf fue un compositor austriaco de origen esloveno, vegetariano y especialmente conocido por sus canciones de arte o Lieder.

Hugo Wolf aportó a a través de sus obras una concentrada intensidad expresiva, única en la música romántica tardía. En 1882 se estrenó Parsifal, la última ópera de Richard Wagner, y uno de los momentos más trascendentales para el joven compositor Hugo Wolf. A pesar de haber retomado su vida bohemia, plagada de dificultades económicas y desequilibrios personales, Wolf anhelaba con fervor asistir a Bayreuth para presenciar esta obra maestra. Consiguió una entrada gratuita, y sus amigos, conscientes del valor espiritual y artístico que Parsifal tenía para él, reunieron el dinero necesario para costearle el viaje y la estancia. La experiencia resultó profundamente transformadora: la música de Wagner volvió a encender en Wolf una llama de entusiasmo artístico que marcaría profundamente su evolución compositiva.
Convencido wagneriano, Hugo Wolf compartía con el maestro de Bayreuth no solo la admiración estética, sino también ciertas afinidades ideológicas y filosóficas. Wagner, en esos años, había adoptado el vegetarianismo, influido por corrientes de pensamiento espiritualistas y reformistas que florecían en la Europa del siglo XIX. Fue precisamente en un restaurante vegetariano de Viena donde Hugo Wolf conoció a Friedrich Eckstein, figura singular del ambiente intelectual vienés, alumno privado de Anton Bruckner y poseedor de un saber tan vasto como ecléctico. Hugo Wolf quedó fascinado por su erudición enciclopédica y su profundidad filosófica. Entre ambos se estableció una intensa amistad intelectual.
Las conversaciones entre Wolf y Eckstein se extendían hasta altas horas de la madrugada, entre platos sin carne y debates vibrantes. Discutían sobre Parsifal y su simbolismo redentor, sobre el misticismo alemán y español, sobre la masonería, el arte como vía de trascendencia, y por supuesto, sobre el vegetarianismo como expresión ética y espiritual. Este período marcó una etapa de efervescencia intelectual en la vida de Wolf, donde la música, la filosofía y las utopías éticas confluyeron intensamente. [1]
Cuando Richard Wagner adoptó el vegetarianismo en sus últimos años, su influencia se dejó sentir más allá del ámbito musical. Friedrich Eckstein, figura central de la vida intelectual vienesa de fin de siglo, no tardó en seguir su ejemplo, al igual que muchos de los miembros de su entorno inmediato. Eckstein lideraba un grupo de inspiración pitagórica cuyos integrantes vestían túnicas de algodón durante todo el año, llevaban el cabello largo hasta los hombros y lucían espesas barbas como emblema de una vida en armonía con la naturaleza y el pensamiento místico.
Activo participante del llamado círculo de Pernersdorfer, Eckstein compartía este espacio con discípulos de Wagner y Nietzsche, entre ellos Viktor Adler, Gustav Mahler y, durante una etapa de su vida, también Hugo Wolf. Este círculo combinaba el idealismo artístico con una dimensión filosófico-política que abarcaba desde el simbolismo musical hasta el compromiso social, pasando por el ocultismo, el vegetarianismo y las aspiraciones utópicas del cambio espiritual y cultural.
El círculo inmediato de Wolf, una fraternidad bohemia comparable a los primeros schubertianos, estaba formado por fanáticos wagnerianos que siguieron a su maestro hasta el punto de hacerse vegetarianos, como hizo Wolf durante uno o dos años, quizás también porque esa dieta era más económica. Sus escasos ingresos se cubrían con paquetes de comida y ropa que le enviaban desde casa. [3]
En el umbral del invierno de 1882, Hugo Wolf regresó a Viena tras un breve y frustrado paso por Salzburgo. Había intentado, sin éxito, abrirse camino como maestro de capilla, cargo que no logró consolidar. Como recoge una de las fuentes biográficas más directas:
«… no tuvo éxito como maestro de capilla en Salzburgo. Parece que solo permaneció allí un par de meses, regresando a Viena en enero de 1882. Allí, como era de esperar, le resultó doblemente difícil vivir. Tan apurado estaba que durante un tiempo se dedicó al vegetarianismo como la forma más económica de subsistir.» [4]
Ernest Newman
Este fragmento nos revela no solo las penurias materiales del joven compositor, sino también un gesto que, aunque forzado por las circunstancias, lo sitúa en la órbita de una sensibilidad ética y estética que comenzaba a germinar en Europa: la búsqueda de una vida más frugal, consciente y armónica. En Wolf, el vegetarianismo no fue solo una estrategia de supervivencia; fue también un eco silencioso de los ideales que lo unían con figuras como Wagner o Eckstein: la música como camino espiritual, la renuncia como forma de elevación, la dieta como disciplina de vida.
Si bien no sabemos con certeza cuánto duró su adhesión al vegetarianismo ni qué grado de convicción ideológica albergaba en ese momento, lo cierto es que ese episodio ilumina un aspecto poco conocido de su biografía. En su dieta, como en su música, Wolf canalizó las tensiones entre necesidad y aspiración, entre lo terrenal y lo sublime. La historia de su alimentación, como la de su arte, habla del anhelo profundo por reconciliar cuerpo y espíritu en medio de un mundo desbordado por el conflicto y la incertidumbre.
Quizás, en ese tiempo de carencias, cuando su alimento era humilde y sus días inciertos, Hugo Wolf se acercó sin saberlo a una forma de autenticidad radical, tan intensa y sincera como las canciones que más tarde compondría.
El Café Griensteidl
Cuando Richard Wagner adoptó el vegetarianismo en sus últimos años, su influencia se dejó sentir más allá del ámbito musical. Friedrich Eckstein, figura central de la vida intelectual vienesa de fin de siglo, no tardó en seguir su ejemplo, al igual que muchos de los miembros de su entorno inmediato. Eckstein lideraba un grupo de inspiración pitagórica cuyos integrantes vestían túnicas de algodón durante todo el año, llevaban el cabello largo hasta los hombros y lucían espesas barbas como emblema de una vida en armonía con la naturaleza y el pensamiento místico.
Según el historiador de las corrientes esotéricas James Webb (1985, pp. 44–45, 62), Rudolf Steiner era un visitante habitual del Café Griensteidl, epicentro de estas conversaciones intensas donde convergían wagnerianos, vegetarianos, pitagóricos, poetas y artistas. Allí se debatía con pasión sobre arte, ética, misticismo y reforma de vida, en un ambiente donde los límites entre lo estético, lo espiritual y lo político se disolvían en cada taza de café.
El Café Griensteidl, situado frente al Burgtheater de Viena, fue mucho más que un local de tertulias: funcionó como espacio simbólico del pensamiento alternativo de la época. Allí se reunían miembros de la contracultura vienesa de fin de siglo, entre ellos los llamados «Jünger Wagners» (jóvenes wagnerianos), partidarios del arte total, del renacimiento espiritual a través del vegetarianismo y de las ideas pitagóricas de purificación del cuerpo y del alma mediante la alimentación ética. El pitagorismo moderno en estos círculos no era solo una estética, sino una ética de vida inspirada en la armonía universal y la no violencia hacia los animales, muy cercana a las ideas que luego influirían en movimientos como la antroposofía y el naturismo europeo.
Editorial Cultura Vegana
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NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1— http://www.martijnhooning.com/muziekgeschiedenis/wolf_nw_2.html
2— http://www.ibiblio.org/johncovach/asoccult.htm
3— http://www.ericsams.org/sams_wolfgrove.htm
4— Hugo Wolf (PDF 36mb) por Ernest Newman, pub. Londres, 1907, p. 23
5— culturavegana.com, «La ética de la dieta», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 7 julio, 2022. En la actualidad, en todas las partes del mundo civilizado, las antaño ortodoxas prácticas del canibalismo y los sacrificios humanos son contempladas universalmente con perplejidad y con horror.
6— culturavegana.com, «La dieta de Wagner», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 11 abril, 2023 | Publicación: 10 abril, 2023. El compositor heredó al nacionalsocialismo; el patriotismo y el antisemitismo expresado en sus trabajos, una mezcla de los rasgos de la cultura y el folklóre germano.
7— culturavegana.com, «La dieta de Rolland», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 31 mayo, 2025 | Publicación: 1 abril, 2024. Romain Rolland fue un escritor y dramaturgo francés, mejor conocido como el autor de la serie de novelas Jean-Christophe (1904-12).
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