La soja, un alimento básico en muchas culturas, destaca por su perfil nutricional y los beneficios para la salud asociados a su consumo.
Estudios sugieren que el consumo de soja integral puede reducir el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer, mejorar la salud ósea y cardiovascular, y aliviar los síntomas de la menopausia. Estos beneficios provienen en gran parte de los compuestos bioactivos que contiene, como las isoflavonas, antioxidantes naturales que actúan en el organismo.
Entre los alimentos más recomendados están los menos procesados, como el edamame (soja tierna cocida al vapor), el tofu, el tempeh y el miso, así como bebidas como la leche de soja. Además, la soja ha sido clave en la elaboración de sustitutos de carne y lácteos, que ganan popularidad en la alimentación basada en plantas.
Sin embargo, la seguridad de los productos de soja ha generado debates. Algunas personas expresan preocupaciones sobre sus efectos hormonales, debido a las isoflavonas que pueden imitar el estrógeno. No obstante, investigaciones recientes indican que su consumo moderado es seguro y ofrece beneficios, especialmente cuando se priorizan versiones menos procesadas. La clave está en integrar la soja como parte de una dieta balanceada y variada.
Soja y cáncer de mama: evidencia de su efecto protector
El consumo de soja se asocia con un menor riesgo de cáncer de mama, respaldado por diversos estudios científicos. Las mujeres que ingieren regularmente alimentos como tofu o leche de soja presentan un riesgo hasta un 30% menor de desarrollar esta enfermedad. Esto se atribuye a las isoflavonas, fitoestrógenos presentes en la soja que ofrecen protección celular.
Un metaanálisis de 2013, centrado en mujeres asiáticas, reveló que aquellas con alta ingesta de isoflavonas tenían un 32% menos de riesgo de cáncer, observándose efectos protectores en todas las etapas hormonales. Estos beneficios pueden ser aún mayores si se inicia el consumo de soja durante la adolescencia, un periodo crucial en la formación del tejido mamario.
Aunque la evidencia es sólida, especialmente en poblaciones con altos niveles de consumo, los estudios en mujeres occidentales enfrentan limitaciones debido a la menor ingesta de productos de soja. Sin embargo, se subraya el valor de incorporar este alimento en una dieta equilibrada para la prevención del cáncer de mama.
Soja: un aliado para sobrevivientes de cáncer de mama
La soja no solo ayuda a prevenir el cáncer de mama, sino que también puede reducir su recurrencia en mujeres diagnosticadas. Investigaciones destacan que las pacientes con cáncer de mama estrógeno-negativo que consumen altas cantidades de isoflavonas tienen un 21% menos de riesgo de fallecer por la enfermedad. Además, un estudio con más de 5.000 mujeres mostró que quienes incluían soja en su dieta tenían hasta un 33% menos probabilidades de recurrencia y un 29% menor riesgo de mortalidad.
El efecto protector de la soja radica en las isoflavonas, que interactúan con los receptores beta de estrógenos, limitando el crecimiento celular asociado al cáncer. Estos resultados confirman que incluir productos como tofu, leche de soja o edamame en la dieta puede ser una estrategia complementaria en el cuidado de la salud para sobrevivientes de cáncer.
Soja: Efectos protectores contra diversos tipos de cáncer
La evidencia científica sugiere que los alimentos de soja no solo benefician a quienes luchan contra el cáncer de mama, sino que también pueden reducir el riesgo de otros tipos de cáncer, como el de colon, pulmón, endometrio, ovario y próstata.
Un ejemplo destacado es el Estudio de Salud de la Mujer de Shanghái, donde se observó que mujeres con cáncer de pulmón que consumían más soja tenían casi un 50% menos de probabilidades de morir por la enfermedad. Resultados similares se encontraron en hombres japoneses no fumadores.
Las isoflavonas, compuestos bioactivos presentes en la soja, parecen ser las responsables de estos efectos protectores al influir positivamente en los mecanismos celulares asociados con el cáncer. Estos hallazgos refuerzan la importancia de incluir alimentos de soja como parte de una dieta equilibrada para la prevención y el manejo de enfermedades oncológicas.
Soja y menopausia: Un alivio natural para los sofocos
Un estudio del Comité de Médicos, conocido como ensayo WAVS, ha demostrado que la soja puede ser clave para aliviar los síntomas vasomotores en mujeres posmenopáusicas. Durante 12 semanas, un grupo de mujeres siguió una dieta vegana baja en grasas que incluía media taza diaria de soja cocida. Los resultados fueron sorprendentes: los sofocos totales disminuyeron un 79%, mientras que los moderados y severos bajaron un 84%.
Además de los fitoestrógenos presentes en la soja, responsables de equilibrar los niveles de estrógeno, el estudio reveló que cambios en la microbiota intestinal también contribuyeron a estos efectos positivos. En particular, una reducción en bacterias como Porphyromonas y Prevotella corporis se asoció con una mejora significativa en los síntomas severos.
Estos hallazgos subrayan el potencial de la soja no solo como un alimento nutritivo, sino como un aliado natural en la salud femenina, brindando una alternativa efectiva y saludable frente a tratamientos hormonales tradicionales.
Soja, hormonas y salud reproductiva: Desmitificando mitos
La soja ha sido objeto de numerosas investigaciones relacionadas con sus efectos en las hormonas y la fertilidad. Los estudios confirman que consumir soja no impacta negativamente la salud reproductiva, ni en hombres ni en mujeres. Investigaciones realizadas en adultos y en niños alimentados con fórmula de soja durante la infancia no muestran diferencias en términos de fertilidad ni salud hormonal.
En los hombres, los productos de soja tampoco afectan los niveles de testosterona, según un metaanálisis reciente. Además, su consumo se asocia con un riesgo significativamente menor de cáncer de próstata, ofreciendo un efecto protector gracias a las isoflavonas presentes en este alimento.
En las mujeres, la soja no induce pubertad precoz, como lo reveló un estudio que analizó a más de 300 niñas y adolescentes, descartando cualquier relación entre el consumo de soja y una maduración temprana.
Este cuerpo de evidencia respalda la seguridad y los beneficios potenciales de la soja, desafiando mitos y reafirmando su papel como un alimento saludable y protector frente a enfermedades hormonales y reproductivas.
La soja y su papel en la reducción del riesgo de fibromas
El consumo de productos de soja podría ser clave para reducir el riesgo de fibromas en las mujeres, según evidencias científicas. Los fibromas son nódulos que se desarrollan en el tejido muscular del útero, y estudios realizados en Japón revelan que las mujeres con una dieta rica en soja tenían menos probabilidades de requerir cirugía uterina.
Sin embargo, investigaciones en EEUU muestran resultados menos concluyentes, posiblemente debido al menor consumo de soja en comparación con las dietas asiáticas. Este mismo estudio destacó los beneficios de otros fitoestrógenos, como los lignanos presentes en la linaza y los cereales integrales, los cuales redujeron significativamente el riesgo de fibromas.
La diferencia entre regiones sugiere que una dieta integral basada en plantas, rica en fitoestrógenos, puede ser un enfoque preventivo eficaz frente a esta afección común.
La soja y la salud de la tiroides: lo que necesitas saber
Los productos de soja no afectan negativamente la función tiroidea en personas con una tiroides saludable, según confirman ensayos clínicos. Sin embargo, las isoflavonas de la soja pueden interactuar con el yodo, esencial para la producción de hormonas tiroideas. Por ello, quienes consumen soja regularmente podrían beneficiarse de una dieta rica en yodo, presente en alimentos como algas marinas y sal yodada. Es importante preferir esta última, ya que alternativas como la sal rosa del Himalaya o la sal marina suelen tener un contenido limitado de este mineral.
Soja: un aliado antiinflamatorio y protector del corazón y los huesos
La soja, reconocida por sus propiedades nutricionales, se asocia con múltiples beneficios para la salud. Según estudios, su consumo reduce la inflamación, factor clave en enfermedades como el cáncer, diabetes tipo 2 y enfermedades cardíacas. Además, su proteína puede disminuir los niveles de colesterol LDL, mejorando la salud cardiovascular.
En cuanto a los huesos, investigaciones muestran que las mujeres que incluyen soja en su dieta tienen un riesgo significativamente menor de fracturas por osteoporosis, destacando su valor en dietas balanceadas y saludables.
Otros beneficios para la salud
Se ha descubierto que la soja tiene propiedades antiinflamatorias. En el Shanghai Women’s Health Study, los investigadores analizaron la dieta de 1.005 mujeres chinas de mediana edad. Los resultados mostraron que, cuanto mayor era el consumo de productos de soja, menor era el nivel de inflamación. La inflamación está relacionada con enfermedades como el cáncer, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares.
Numerosos estudios han demostrado que la proteína de soja puede reducir los niveles de colesterol LDL. Además, los productos de soja no contienen colesterol y tienen poco o ningún contenido de grasas saturadas, las cuales pueden obstruir las arterias. Sustituir las proteínas animales por soja y otras proteínas de origen vegetal puede mejorar la salud del corazón.
El consumo de soja también podría disminuir el riesgo de fractura de cadera asociada a la osteoporosis. Un estudio publicado en el American Journal of Epidemiology encontró que las mujeres que consumían al menos un cuarto de taza de tofu al día tenían un 30% menos de riesgo de fracturas. Otro estudio, que siguió a 75.000 mujeres chinas postmenopáusicas durante tres años, concluyó que aquellas que consumían mayores cantidades de alimentos a base de soja tenían un 37% menos de riesgo de sufrir fracturas óseas.
Prefiere alimentos de soja entera
Los alimentos elaborados con soja entera, como el edamame, el tofu y la leche de soja, ofrecen importantes beneficios para la salud. Sin embargo, los productos de soja altamente procesados probablemente no sean igual de beneficiosos. Algunas empresas alimenticias separan la proteína de los granos de soja enteros para producir aislado de proteína de soja, que luego utilizan en batidos o sustitutos de carne. Desafortunadamente, el aislado de proteína de soja podría no ser saludable. De hecho, se ha demostrado que incrementa los niveles del factor de crecimiento similar a la insulina (IGF-1) en la sangre, de manera similar a la leche de vaca. Este factor puede favorecer el desarrollo del cáncer.
“Los fitoestrógenos tienen mala reputación debido a la palabra estrógeno. Pero los fitoestrógenos presentes en la soja no aumentan el riesgo de cáncer de mama, no hacen que crezcan los senos ni provocan infertilidad en los hombres y, de hecho, tienen muchos beneficios para la salud”.
Roxanne Becker
MBChB, DipIBLM
Editora médico y educadora
Comité de médicos
Por esta razón, es mejor optar por productos de soja simples como tofu, tempeh, edamame, leche de soja o miso. Estos alimentos no solo pueden ayudar a proteger contra el cáncer, sino que también ofrecen diversos beneficios para la salud.
Resumen
Los productos de soja brindan una amplia gama de beneficios para la salud. Consumir alimentos de soja enteros puede reducir el riesgo de cáncer de mama y otros tipos de cáncer, así como de fibromas e inflamación. Además, la soja es beneficiosa para la salud ósea, cardiovascular y para aliviar los síntomas de la menopausia. No obstante, los beneficios de la soja parecen provenir principalmente de alimentos elaborados a partir de soya entera. Incluye tofu, tempeh, edamame, leche de soja y miso como parte de una dieta equilibrada basada en plantas.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1— Este post es una traducción del original «Soy and Health» publicado en pcrm.org y avalado por el Physicians Committee for Responsible Medicine.
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