La vegafobia, definida como la aversión hacia personas vegetarianas y veganas, es un fenómeno relativamente reciente, pero que refleja un conflicto profundo entre modelos de alimentación tradicionales y emergentes.
Más allá de una simple burla o rechazo social, la vegafobia encuentra su base en discursos culturales, económicos y políticos que defienden un sistema alimentario anclado en la ganadería intensiva. En un contexto donde la sostenibilidad y el bienestar animal son temas centrales, resulta imprescindible analizar las raíces y consecuencias de este prejuicio.
«La «vegefobia» es cuando se ataca, ridiculiza o discrimina a las personas que se niegan a comer animales por razones éticas. El dominio humano sobre los demás animales es masivo, brutal y sangriento, e incluso funda la identidad de nuestra civilización. En el centro: la institución de la carne. Cuando cuestionamos la legitimidad de matar animales para la alimentación nos exponemos a muchas reacciones (burlas, negación, violencia, …) que tienen como objetivo intimidarnos o deslegitimar nuestras palabras. Las instituciones (educativas, sociales, médicas, etc.) y los medios de comunicación invisibilizan o «patologizan» nuestro rechazo a avalar la masacre. No nos gusta admitirlo, pero el acoso social obstaculiza muy eficazmente nuestra lucha. Queremos demostrar que es importante nombrar y combatir esta cuestión, porque al atacar a los veganos y vegetarianos esas personas atacan a los animales que son asesinados y niegan o ridiculizan su sufrimiento.»
Jola Cora
Vegefobia, ¿qué es? ¿Por qué es importante combatirla?
El lobby de la carne: defensa de un modelo obsoleto
La ganadería industrial, sostenida por potentes lobbies, es una de las principales responsables de las narrativas que perpetúan la vegafobia. Estos grupos, al sentir amenazada su hegemonía, impulsan campañas que promueven el consumo de carne como símbolo de tradición, fuerza e identidad cultural. Sin embargo, este modelo ha demostrado ser ambientalmente insostenible: según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la ganadería genera aprox. el 14,5 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero.
Las estrategias de comunicación del lobby no solo buscan preservar el consumo de carne, sino desacreditar alternativas plant-based y a quienes las promueven. Esto incluye desde estudios sesgados hasta campañas de marketing que ridiculizan a los veganos, perpetuando estereotipos como el ascetismo, la sentimentalidad exagerada o la imposibilidad práctica de seguir una dieta basada en plantas.
Vegafobia en los medios de comunicación
Un estudio realizado en el Reino Unido en 2007 [1] analizó la representación del veganismo en 397 artículos de prensa. Los resultados revelaron un panorama alarmante: el 74.3 % de los artículos tenían un tono negativo, destacando características como la ridiculización o la calificación del veganismo como una moda pasajera. Este tipo de discurso no es inocuo; refuerza prejuicios y fomenta un ambiente hostil hacia quienes eligen alternativas éticas y sostenibles.
El estudio realizado en 2007 sobre la representación del veganismo en la prensa nacional del Reino Unido se titula «Vegaphobia: Derogatory Discourses of Veganism and the Reproduction of Speciesism in UK National Newspapers». Fue llevado a cabo por Matthew Cole y Karen Morgan, y se publicó en The British Journal of Sociology en 2011. Analizó 397 artículos y solo un pequeño porcentaje era positivo (5,5 %). Este análisis subraya cómo el discurso mediático puede perpetuar prejuicios y desinformación sobre estilos de vida veganos.
En casos extremos, los medios han llegado a culpar a dietas veganas de tragedias humanas, ignorando contextos de desnutrición o negligencia parental. La académica Laura Wright señala cómo estas narrativas distorsionadas no solo afectan la percepción pública del veganismo, sino que pueden ser utilizadas como herramientas de propaganda por intereses económicos.
Microagresiones y discriminación
Aunque algunos críticos, como Sophie Wilkinson, argumentan que la vegafobia no puede compararse con formas de discriminación basadas en la raza, el género o la orientación sexual, lo cierto es que sus efectos no deben subestimarse. Encuestas recientes indican que ocho de cada diez veganos han experimentado algún tipo de prejuicio, desde comentarios despectivos hasta la exclusión en espacios sociales. Esto subraya que la vegafobia no se limita a bromas aisladas; refleja una resistencia cultural más amplia hacia el cambio.
La oportunidad de un nuevo discurso
El auge del veganismo no solo es una respuesta ética al sufrimiento animal, sino una necesidad frente a la crisis climática. Al abrazar alternativas plant-based, no solo reducimos nuestra huella de carbono, sino que avanzamos hacia sistemas alimentarios más inclusivos y resilientes.
Superar la vegafobia implica más que aceptar el veganismo como una opción válida; requiere un cambio estructural en nuestras narrativas culturales y económicas. Es hora de replantear nuestra relación con los alimentos, adoptando un enfoque que priorice la salud del planeta y de todos sus habitantes.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1— Puedes encontrar más detalles sobre este estudio en el artículo original publicado en The British Journal of Sociology, disponible a través de DOI: 10.1111/j.1468-4446.2010.01348.x.
2— culturavegana.com, «El auge de la cultura vegana», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 3 junio, 2021. A lo largo de los años, la alimentación vegana ha pasado de ser insípida a estar de moda y se ha convertido en algo habitual.
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