Hay muchos alimentos procesados de gran popularidad porque se piensa que son una aportación nutritiva perfectos para la dieta.
La opción más saludable en cuanto a alimentación se refiere es ingerir alimentos naturales y lo más cerca posible a su estado inicial, es decir, lo mínimo procesados y cocinados en maceración, al vacio, fermentación o conservación en sal, vinagre, …. Es fundamental asegurarnos de la procedencia y origen de las verduras, legumbres y frutas, de la calidad de las semillas de origen, con suficiente densidad nutricional, de cultivos ecológicos, regenerativos y sostenibles.
Los alimentos procesados son saludables sólo cuando cumplen los requisitos anteriores y se someten como mucho a los procesados básicos, es decir, lavar, cortar, desecar, trocear, triturar, moler o filtrar. La composición y la forma de preparar procesados, en realidad, dista mucho de la que nos podemos imaginar. La mayoría de los procesados y ultraprocesados incluyen colorantes, conservantes, estabilizantes, emulsionantes, disolventes, aglutinantes, aumentadores de volumen, edulcorantes, resaltadores sensoriales, aromas, sabores y colores. El aumentador de volumen puede ser aire o agua. Podemos observarlo en los helados ultraprocesados, el overrun o porcentaje de aire respecto al helado, y la cantidad de agua, entre un 55% y un 65% en el caso de los helados que llevan leche de vaca. Se suelen añadir micronutrientes sintéticos para fortificar los productos.
El objetivo del ultraprocesamiento es elaborar productos durables, altamente apetecibles, adictivos y lucrativos. La mayoría están diseñados para ser consumidos como «snacks», por sí solos o en combinaciones con otros productos ultraprocesados.
BUTIFARRA
Su componente mayoritario es la sangre del cerdo sin coagular. Primero se lavan las tripas del animal con jabón y limón para que no quede ningún olor desagradable y luego se llenan con la sangre, sal, azúcar, cebolla, ajo o arroz. Las tripas del cerdo se hierven añadiendo en muchas ocasiones huesos de la cabeza.
HAMBURGUESA
Algunas hamburguesas de ternera analizadas han detectado carne procedente de 100 vacas distintas. Si pensabas que las hamburguesas eran de la carne triturada del mismo cadáver animal, estás equivocado. Ni siquiera tu carnicería de confianza te puede garantizar que la carne triturada proceda del mismo cadáver y menos que contenga trazas de otros animales
PATÉ
Creías que están hechos con hígado de pato? El paté se obtiene de una mezcla de vísceras animales (vaca, cerdo, pollo …) a la que se añaden harina, especias, leche y conservantes. A la mezcla se le añade un poco de hígado para potenciar el sabor.
El foie gras, está hecho íntegramente de hígado de pato, oca o ganso, a los que se alimenta de forma abusiva para engordar el hígado mucho más de lo natural.
SALCHICHAS
Se realizan con una mezcla de carnes animales. Se utilizan partes del cuerpo de restos de animales, desde el cerdo a la gallina. Añaden el estómago y el hocico del cerdo, además del labio e hígado de la vaca, o el bazo del cordero, por lo que la cantidad de carne que tienen en realidad es muy baja. También se les añaden una gran cantidad de potenciadores de sabor, colorantes, mucha sal y agua fluorada para darles su textura cremosa. El almidón, jarabe de maíz, colorante rojo, sodio y polifosfatos dan como resultado una mezcla poco saludable.
QUESOS DE UNTAR
Estos alimentos son una bomba calórica para el cuerpo, y aumentan el colesterol y la hipertensión por su gran cantidad de sal. Están hechos a base de lácteos fermentados a los que se les añade leche, nata y una serie de aditivos y sal, a los que se les añade potenciadores de sabor.
QUESOS EN LONCHAS
Son alimentos muy procesados que más se utilizan en exceso para platos de comida rápida y bocadillos. Contienen mucha sal y aditivos. Se elaboran a base de lácteos fermentados (a veces no procesados) y de queso, junto con colorantes artificiales que dan este aspecto amarillento al corte.
PALITOS DE CANGREJO
Este alimento, que aparentemente da gusto a los guisos y ensaladas, no está hecho en realidad de cangrejo. Está compuesto por surimi, que no es otra cosa que una picadura de «músculo de carne de pescado blanco».
Para obtenerlo, se lavan y se mezclan varios peces repetidas veces (merluza, caballa, bacalao, …). Después los enfrían y calientan repetidas veces, hasta que al final queda una pasta blanca a la que se le añaden conservantes, almidón, sal y otros edulcorantes no naturales. Esta pasta se congela después y se le añaden colorantes para que el exterior quede rosado.
ANGULAS
Al igual que los palitos de cangrejo, están hechas de surimi. A la mezcla final se le añaden aceites vegetales, harina de trigo, soja, clara de huevo, tinta de calamar o de sepia y extractos de almeja.
GELATINA
Este alimento, tan consumido por los niños es realmente un polvo a la que se le añade agua para luego convertirse en lo que comen, se obtiene a partir de una mezcla de colágeno de tejido de animales (piel o huesos triturados de cualquier parte del cuerpo), que se lavan con productos ácidos hasta que queda como resultado la oseína, una sustancia que se debe mantener en cal entre 4 y 10 semanas.
PASTELERÍA
La mayoría de pasteles aunque se anuncien como artesanales no significa que incluyan mantecas ultraprocesadas, grasa de cerdo, leche en polvo, azúcares y conservantes
HELADOS
Los más cremosos obtienen su textura de un aditivo llamado carragenina, extraído de algas marinas y de lo que se desconoce si es peligroso o no para la salud. Hielo, frutas, leche, cremas, yemas de huevo y aceites y grandes cantidades de azúcar, aditivos y colorantes, completan su receta.
PATATAS PRINGLES
En 2008, el Tribunal Supremo de Gran Bretaña dictaminó que no eran patatas fritas, ya que contenían menos de un 50% de este alimento. Lo que más contienen son harinas, ya que son fabricadas a partir de una masa que también contiene colorantes, aditivos, grandes cantidades de sal y aromas.
JAMÓN DULCE
El jamón dulce lleva un porcentaje mínimo de carne animal. Contiene visceras trituradas y polvo de huesos. Una conocida empresa de embutidos estaban experimentando con un jamón dulce 0% de carne cuando la norma general ronda un 7%. El resto son conservantes, colorantes y aromas.
VEGGIE BURGER
La fiebre veggie no para de crecer y muchas marcas, sin escrúpulos lanzan productos semitestados para aprovechar este auge basado en el mito de que lo vegano es igual a saludable. Nada más lejos de la realidad. Una hamburguesa vegetal apta para veganos, ultraprocesada, contienen agua, proteína de guisante (28’8%), aceite de girasol, aromas, manteca de cacao, gelificante: goma gellan, metilcelulosa; vinagre de manzana, concentrado de rábano y zanahoria, sal, acidulante: ácido cítrico, y aroma de humo. Se venden con el marketing de que son hamburguesas vegetales saludables.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1- wphna.org, «Food classification. Public health«, NOVA. The star shines bright. «NOVA clasifica los alimentos de acuerdo con la extensión y propósito del procesamiento de alimentos, en términos de nutrientes. En décadas recientes se ha prestado cierta atención a la creciente importancia del procesamiento de alimentos en suministros mundiales de alimentos y patrones dietéticos, y su papel en las pandemias relacionadas con la dieta y las enfermedades no transmisibles. Pero los tipos específicos de procesamiento que modifican los alimentos. atributos y riesgos de enfermedad, ya sea negativa o positivamente, no han sido definido con precisión.«, 2016.
2- Wikipedia.org/Alimento_fermentado, «Los alimentos fermentados son aquellos que se obtienen del proceso de convertir carbohidratos en alcohol o ácidos orgánicos utilizando microorganismos como mohos, bacterias o levaduras, bajo condiciones anaerobias. En esta categoría se encuentran el miso, el kimchi, el chucrut y otros.»