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Carta de Derechos para las Generaciones Futuras

Publicación: 4 septiembre, 2023 |

La Carta de Derechos para las Generaciones Futuras es un documento que demanda el reconocimiento mundial de la conservación del patrimonio ambiental, en igual o mejor estado del que heredamos de nuestros antecesores, para las siguientes generaciones.

Comandante Cousteau en 1972 en La Haya para una conferencia

«Siempre tenemos tendencia a atribuirles a los animales juicios simplistas. O bien les traspasamos nuestros propios sentimientos o los subestimamos achacándoles comportamientos elementales. No sólo tienen a menudo sentidos más numerosos y más complejos que los nuestros, sino que también cada uno de ellos tiene su propia personalidad, aunque nos resulte muy difícil de discernir.»

Jacques Cousteau

La Carta de Derechos para las Generaciones Futuras fue escrita por Jacques Cousteau, el más grande oceanógrafo y ambientalista de la historia. La carta consta de cinco artículos que establecen los derechos y responsabilidades de las generaciones presentes y futuras. Aquí te presentamos un resumen de los artículos:

  1. Las generaciones futuras tienen el derecho a una Tierra sin contaminación ni destrucción, para su disfrute como el escenario de la historia de la humanidad, de su cultura y de los lazos sociales que hacen a cada generación e individuo miembro de la familia humana.
  2. Cada generación, que comparte la herencia y el espacio de la Tierra, tiene el deber, como administrador de las generaciones futuras, de evitar daños irreparables o irreversibles a la vida de la Tierra y a la libertad y dignidad humanas.
  3. Es por lo tanto, responsabilidad fundamental de cada generación el mantener una vigilancia constante y una evaluación prudente de los disturbios tecnológicos y modificaciones adversas que afecten la vida en la Tierra, el balance de la naturaleza y la evolución de la humanidad, con el fin de proteger los derechos de las generaciones futuras.
  4. Serán tomadas todas las medidas apropiadas, incluyendo educación, investigación y legislación, para garantizar estos derechos y asegurar que no sean sacrificados por conveniencias presentes.
  5. Por lo tanto, gobiernos, organizaciones no gubernamentales e individuos deberán utilizar todos sus recursos e investigación para implementar estos principios, como si estuvieran presentes las futuras generaciones cuyos derechos buscamos establecer y perpetuar.

El intento de Cousteau de establecer una Carta de Derechos de las Generaciones Futuras no estaba fundamentado sobre una base jurídica sólida, es importante mencionar que en el año en que publicó el documento ya existían una serie de instrumentos internacionales que hacían mención a la protección de las futuras generaciones. Las necesidades e intereses de las generaciones futuras ya se mencionaban además en diversos instrumentos normativos, entre ellos la Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural, cuya adopción en 1972, marcó un hito para el desarrollo del tema. La intención de abordar esta cuestión en dicho tratado internacional obedecía, entre otras cosas, al deseo de salvaguardar el patrimonio cultural mundial a fin de que pudiera transmitirse intacto a las generaciones futuras.

Se puede añadir que la Carta de Derechos de las Generaciones Futuras del “Capitán Planeta” tenía un giro eminentemente ambientalista y desde su primer artículo declaraba que nuestros sucesores tienen derecho a un planeta no contaminado y libre de daños. La solidaridad intergeneracional está plasmada en el artículo segundo del proyecto de Cousteau, en el cual se señala que cada generación tiene el deber de prevenir daños irreversibles e irreparables a la vida en la Tierra, así como a la vida y dignidad humana. El tercer artículo de la Carta es un antecedente del principio precautorio en materia ambiental, ya que enfatiza que cada generación debe vigilar y evaluar los impactos desfavorables que las alteraciones y modificaciones tecnológicas pueden tener en la vida en la Tierra, el balance de la naturaleza y la evolución humana.

El deseo de Cousteau, consistente en la adopción de la Carta de Derechos de las Generaciones Futuras por la Asamblea General de las Naciones Unidas, no se cumplió. No obstante, la UNESCO prestó mayor atención a las demandas de Cousteau y para responder a ellas, en 1994, patrocinó una Reunión de Expertos organizada por el Instituto Triconental de la Democracia Parlamentaria y de los Derechos Humanos de la Universidad de La Laguna sobre los Derechos Humanos de las Generaciones Futuras. El 26 de febrero de ese año, la Reunión de Expertos, en la que participaron el Equipo Cousteau y un gran número de expertos de todo el mundo, culminó sus trabajos con la Declaración de los Derechos Humanos de las Generaciones Futuras o Declaración de La Laguna.

El legado de Cousteau

Jacques-Yves Cousteau, un apasionado amante de la naturaleza y autodefinido como un «técnico oceanográfico», desempeñó un papel fundamental en la exploración y comprensión de los tesoros ocultos del vasto océano. Su influencia trascendió los límites de la ciencia para dar forma a una nueva forma de comunicación científica que revolucionaría la televisión moderna, conocida como «divulgacionismo».

Cousteau fue pionero de la exploración marina y no solo expandió nuestros horizontes, sino que también inspiró a artistas como el cantante de country-folk John Denver, quien inmortalizó su barco de investigación, el Calypso, en su exitosa canción homónima en 1975, alcanzando el número uno en las listas de Billboard.

A pesar de los éxitos profesionales, Cousteau también vivió desafíos personales, incluida una disputa legal con su hijo Jean-Michel sobre el uso del apellido Cousteau, que finalmente se resolvió antes de su fallecimiento en 1997 a la edad de 87 años.

El legado de Cousteau es vasto y trasciende el ámbito científico, abarcando desde la revelación de la vida submarina en más de 115 documentales de televisión y películas hasta sus contribuciones al conocimiento de especies marinas y el desarrollo de la escafandra autónoma moderna, junto al ingeniero Émile Gagnan. Además, su creatividad se extendió a la adaptación de cámaras fotográficas al entorno acuático y su compromiso con la medicina submarina.

Cousteau también destacó como defensor apasionado del medio ambiente y participó en el diseño de la tecnología de la turbovela, que aprovecha la energía eólica para propulsar barcos. Además, abogó por la paz y la ciencia en la Antártida, contribuyendo al mandato actual del Tratado Internacional y su Protocolo de Madrid.

Hoy en día, las organizaciones que fundó, la Cousteau Society y el Equipo Cousteau, continúan activas, preservando y promoviendo su legado en la exploración y conservación de los océanos, recordando a todos nosotros la importancia de cuidar nuestro «continente azul».

La Cousteau Society

Fundada en 1973 por el capitán Jacques-Yves Cousteau, la Sociedad cuenta con más de 50.000 miembros en todo el mundo.

Bajo el liderazgo de la presidenta Francine Cousteau, la Cousteau Society continúa realizando exploraciones y observaciones únicas de ecosistemas en todo el mundo que han ayudado a millones de personas a comprender y apreciar la fragilidad de la vida en nuestro Planeta Agua. Medio siglo de protección de los sistemas hídricos se ha ampliado para abarcar una amplia variedad de programas para alentar a las comunidades a lograr una armonía sostenible.

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1— Web de la Cousteau Society

2— nationalgeographic.com, «The man who taught humans to breathe like fish», Rachel Hartigan, National Geographic, 22 de noviembre de 2021. La invención del Aqua-Lung por Jacques Cousteau abrió el reino submarino a los científicos y al público.


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