Anna Kingsford, de soltera Anna Bonus [1846-1888], fue una activista inglesa anti-viviseccionista, vegetariana y defensora de los derechos de la mujer.
Fue una de las primeras mujeres inglesas en obtener un título en medicina, después de Elizabeth Garrett Anderson, y la única estudiante de medicina en ese momento que se graduó sin haber experimentado con un solo animal.
La vivisección de animales y sin anestesia era una práctica común en la Escuela de Medicina, lo que Anna consideraba simple y llanamente una forma brutal de asesinato a sangre fría. Anna Kingsford retaba a sus profesores a disecarla a ella en lugar de los animales.
Al respecto de los incesantes gritos de las atormentadas criaturas que llenaban las bóvedas de la escuela, Anna Kingsford escribió el 20 de agosto de 1879:
«He hallado mi Infierno, justo aquí, en la Faculté de Médecine de París; un infierno más real y horrible que cualquier otro que pueda encontrar, y uno que cumple todos los sueños de los monjes medievales. Intentando en vano cerrar mis oídos ante los gritos lastimeros y los llantos que flotaban incesantemente hacia mí, recé: Oh Dios, sácame de este infierno, no permitas que me quede en este horrible lugar.»
Obtuvo su título en París y se graduó en 1880 después de seis años de estudio, para poder continuar su defensa de los animales desde una posición de autoridad. Su tesis final, L’Alimentation Végétale de l’Homme, fue sobre los beneficios del vegetarianismo, publicada en inglés como The Perfect Way in Diet (1881). [2] Ese año fundó la Food Reform Society, viajando dentro del Reino Unido para hablar sobre el vegetarianismo, ya París, Ginebra y Lausanne para hablar en contra de la experimentación con animales.
«Hay demasiados hombres y mujeres; hay muy poca Humanidad. Hay escasez de entendimiento, de desnudez de espíritu. Todos estamos demasiado vestidos; nadie sabe qué corazón late en el seno de su prójimo.»
Anna Kingsford
Kingsford estaba interesada en el budismo y el gnosticismo, y participó activamente en el movimiento teosófico en Inglaterra, convirtiéndose en presidenta de la London Lodge of the Theosophical Society en 1883. En 1884 fundó la Hermetic Society, que duró hasta 1887 cuando su salud se deterioró. Dijo que recibió percepciones en estados de trance y mientras dormía. Estos fueron recopilados de sus manuscritos y folletos por su colaborador de toda la vida, Edward Maitland, y publicados póstumamente en el libro Clothed with the Sun (1889).
«Se puede decir que los niños no son más que ediciones recién publicadas de composiciones antiguas, reencuadernadas y corregidas, con nuevas introducciones, estampados modernos y tocados, pero el texto es el de ediciones anteriores transmitidas de generación en generación.»
Anna Kingsford
Anna Kingsford adoptó una dieta vegetariana siguiendo el consejo de su hermano John Bonus. Fue vicepresidenta de la Vegetarian Society. Murió de una enfermedad pulmonar a la edad de 41 años, provocada por un brote de neumonía. Su escritura fue prácticamente desconocida durante más de 100 años después de que Maitland publicara su biografía, The Life of Anna Kingsford (1896), aunque Helen Rappaport escribió en 2001 que su vida y obra están siendo estudiadas una vez más.
El Banquete de los Dioses
Yo vi en mi sueño una gran mesa puesta en una gran montaña, cuyas lejanas cimas estaban cubiertas de nieve, y brillaban con una intensa luz. Alrededor de la mesa estaban doce personas, seis hombres y seis mujeres, algunos de los cuales yo reconocí de inmediato, otros apenas los reconocí más tarde.
Aquellos que reconocí de inmediato eran Zeus, Hera, Palas Atena, Apolo y Ártemis. Los reconocí por los símbolos que usaban. La mesa estaba cubierta por muchas variedades de frutas, de gran tamaño, incluyendo nueces, almendras y aceitunas, con finas tortas de pan, y tazas de oro en las cuales, antes de beber, cada divinidad colocaba dos tipos de líquido, uno de los cuales era vino, y el otro agua. En cuanto yo miraba de pie sobre un escalón un poco bajo del piso que conducía hasta la mesa, fui sorprendida al ver que Hera me miraba fijamente y me dice:
«Que ves allí al final de la mesa?» Yo respondí: «Veo dos lugares vacíos». Entonces ella me habló nuevamente, diciendo: «Cuando sean capaces de comer de nuestro alimento y de beber de nuestra taza, también podrán sentarse y comer en nuestra compañía». Ella no había terminado de decir esas palabras cuando Atena, que estaba sentada enfrente mío, agregó:
«Cuando sean capaces de comer de nuestro alimento y beber de nuestra taza, entonces podrán conocer como ustedes son conocidos».
Inmediatamente Ártemis, a quien reconocí por la luna sobre su cabeza, continuó: «Cuando sean capaces de comer de nuestro alimento y de beber de nuestra taza, todas las cosas se tornarán puras, y ustedes se tornarán vírgenes». Yo dije, entonces: «Oh inmortales, cuál es su alimento y cuál es su bebida, y cómo sus reflexiones difieren de las nuestras, una vez que nosotros no comamos carne ni sangre, tendremos lugar en sus mesas?».
Entonces, uno de los Dioses, que en esa ocasión yo no conocía, pero que luego después reconocí como Hermes, se levantó de la mesa, y vino a mi dirección y colocó en mis manos un ramo de higuera con un fruto maduro, y dijo:
«Si quisieran ser perfectos, y fueran capaces de conocer todas las cosas, abandonen con promesa la herejía. Dejen que el fuego les proteja, y les de confort externamente -esto es un regalo de los cielos. Pero no perviertan en su justo propósito, como lo hizo aquel traidor de vuestra raza, para llenar las venas de la humanidad con su contagio, y para consumir vuestro interior con su soplo. Todos ustedes son hombres de barro, como era la imagen que fue hecha para prometer. Ustedes son alimentados con fuego robado, y él los consume. De todas las buenas utilizaciones de los buenos regalos del cielo, ninguna es tan mala como el uso interno del fuego. Pues los alimentos y bebidas calientes tienen que ser consumidos y secados del poder magnético de sus nervios, sellando sus sentidos, y acortando sus vidas. Ustedes de ese modo no ven ni oyen, pues el fuego en sus órganos consume sus sentidos. Ustedes son todos ciegos y sordos, criaturas de barro. Nosotros les enviamos un libro para ser leído. Practiquen las normas, y sus sentidos se abrirán.»
Entonces no reconociendo en aquella ocasión, yo dije: «Dígame su nombre, Señor». En ese momento él rió y respondió: «He andado contigo desde el comienzo. Soy la nube blanca en el cielo del mediodía». Yo pregunté, «Entonces, deseas que todo el mundo abandone el uso del fuego en la preparación de alimentos y bebidas?».
Al contrario de responder mi pregunta, él dijo: «Nosotros les mostramos a ustedes el excelente camino. Dos lugares están vacíos en esta mesa. Nosotros les mostramos todo lo que podría ser mostrado en el nivel en que se encuentran. Pero nuestros regalos perfectos, los frutos del Árbol de la Vida, están además a su alcance en este momento. No les podemos dar esos regalos a ustedes hasta que estén purificados y tengan alcanzado un nivel más alto. Las condiciones son de Dios, la voluntad es con ustedes.»
Esas últimas palabras parecían ser repetidas venidas de el cielo encima de mi cabeza, y también debajo de mis pies. Y en aquel momento caí de una gran altura, como si hubiese sido alcanzada por un meteoro, y con la velocidad y el choque desperté.
Anna Bonus Kingsford
Hinton, septiembre de 1877
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— Nota del Editor: El libro referido fue un volumen llamado «Fruta y Pan», que fue enviado anónimamente la mañana anterior. La higuera, que tanto para los hebreos como para los griegos era el tipo de percepción intuitiva, era un símbolo especial de Hermes, llamado por los hebreos Rafael. El plural utilizado por la vidente me incluía a mí como compañera de sus estudios literarios y de otro tipo. El término «virgen» en su sentido místico significa: alma pura de mezcla con la materia. Fuente: Capitulo del libro «Dreams and Dream Stories», Sueños e historias de sueños, de la Dra. Anna Kingsford.
2— lugarparaexistir.blogspot.com, «Anna Kingsford: médica, Teósofa y asesina psíquica», 2019. Consultado el 31 de octubre de 2020
3— culturavegana.com, «El camino perfecto en la dieta», Anna Kingsford, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 21 agosto, 2022. ¿Por qué hábitos y modo de vida la humanidad en el pasado ha alcanzado su más alto desarrollo, y cuál es el método que la ciencia y la filosofía modernas nos indican como que mejor adaptado para perfeccionar nuestra especie?
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