Es oportuno referirse a los sentimientos del opuesto político y eclesiástico contemporáneo de Evelyn: el gran poeta y patriota puritano, uno de los nombres más grandes de toda la literatura.
El sentimiento de Milton, en la medida en que tuvo ocasión de expresarlo, está bastante al unísono con los principios de la reforma dietética y en simpatía con las aspiraciones de una vida más espiritual.
En uno de sus primeros escritos, en vísperas de la producción de uno de los mejores poemas de su tipo en lengua inglesa —la Ode to Christ’s Nativity, compuesta a la edad de veintiún años— escribe así en verso latino a su amigo Charles Deodati, recomendando la dieta más pura en todos los eventos a aquellos que aspiraban a las creaciones más nobles de la poesía:
Simplemente deja vivir a aquellos, como él de Samos:
Dejen que las hierbas les den una cesta incruento.
En copas de hayas dejen brillar su bebida,
¡Fresca del manantial de cristal su vino sobrio!
Su juventud debe pasar en inocencia segura
De mancha libertinaje, y en modales puros.Porque estos son bardos sagrados y, desde arriba,
[1]
Bebe grandes infusiones del monte de Júpiter.
Para los lectores de su obra maestra Paradise Lost, El paraíso perdido, quizás sea un trabajo supererogatorio señalar los encantadores pasajes en los que describe con simpatía la comida de la Era de la Inocencia:
Frutas saladas, de gusto para complacer
Verdaderos apetitos.
En el discurso de Rafael con sus animadores terrestres, el mensajero etéreo pronuncia una profecía (como podemos tomarla) de la futura adopción general por parte de nuestra raza de «fruto, alimento del hombre«, y podemos interpretar su insinuación:
Puede llegar el momento en que los Hombres
Con Ángeles podrán participar, y encontrar
Sin dieta inconveniente, ni comida demasiado ligera;
Y de estos nutrientes corporales tal vez
Vuestros cuerpos pueden por fin volverse todos en espíritu,
Mejorado por la extensión del tiempo, y, alado, ascender
Etéreo, como nosotros; o puede, a elección,
Aquí o en los paraísos celestiales habitan.
… como una imagen del verdadero paraíso terrenal pasa a ser «el paraíso de la paz».
Con estas exquisitas imágenes de la vida de festines incruentos y comidas ambrosiales podemos comparar la temible imagen de la Corte de la Muerte, desplegada en visión prospectiva ante la mirada aterrorizada del progenitor tradicional de nuestra especie, donde entre los ocupantes, los más grandes número son las víctimas de «la intemperancia en las comidas y bebidas, que en la tierra traerá enfermedades terribles«. En esta colonia de leprosos universal podía leerse:
Todas las enfermedades
Paradise Lost, V y XI [2]
De espasmo espantoso, o tormento tormentoso, Qualms
De la agonía del corazón enfermo, todos los tipos febriles,
Convulsiones, Epilepsias, Catarros feroces,
Cálculos intestinales y úlceras, cólicos,
Frenesí demoníaco, melancolía abatida,
Y la locura golpeada por la luna, languideciendo atrofia,
Marasmo, y pestilencia extensa,
Hidropesías y Asmas, y Reumas que trastornan las articulaciones.
Howard Williams
The ethics of diet, 1883
NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1— Traducido por Cowper de los poemas latinos de Milton. En una nota al poema original, Thomas Warton comenta con razón que «los panegíricos de Milton sobre la templanza tanto en el comer como en el beber, como resultado de su propia práctica, son frecuentes«.
2— Paradise Lost, V y XI. cf. Queen Mab
All maladies
Of ghastly Spasm, or racking torture, Qualms
Of heart-sick agony, all Feverous kinds,
Convulsions, Epilepsies, fierce Catarrhs,
Intestine Stone and Ulcer, Colic pangs,
Demoniac Phrensy, moping Melancholy,
And moon-struck Madness, pining atrophy,
Marasmus, and wide-wasting Pestilence,
Dropsies and Asthmas, and joint-racking Rheums.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— culturavegana.com, «La ética de la dieta», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 7 julio, 2022. En la actualidad, en todas las partes del mundo civilizado, las antaño ortodoxas prácticas del canibalismo y los sacrificios humanos son contempladas universalmente con perplejidad y con horror.
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