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La superioridad en los animales inferiores

Última edición: 19 diciembre, 2020 | Publicación: 18 diciembre, 2020 |

El hombre es un animal de una soberbia casi incorregible.

Piensa que no sólo la tierra y todo lo que hay contenido en ella fueron creados para su propio beneficio, sino que también el cielo, el sol y, de hecho, todo el universo conocido fueron diseñados para su interés y bienestar. 

El sol brilla para calentarlo; la tierra produce frutos para alimentarlo; las montañas contienen metales para servirlo; las minas producen carbón para mover sus máquinas y cocinar sus cenas. Él es la medida de todas las cosas. Lo que no le interesa, no tiene valor. De aquellas flores que no deleitan su mirada afirma, en lenguaje práctico, que «desperdician su dulzura en el aire del desierto».  

Si ésta es su visión de la naturaleza inanimada, al mundo vivo del que está rodeado no le presta, por supuesto, una consideración más deferente. Los animales que puede usar fueron, según su perspectiva, creados a tal fin por la mano benefactora del sumo Hacedor —el caballo para tirar de sus cargas, la vaca para darle leche, el gato para matar ratones. Incluso a los animales de los que no puede hacer empleo directo los considera conectados de alguna forma misteriosa a su bienestar, ya que, de lo contrario, dice, ¿para qué habrían de existir? La opinión de aquel joven de Eton que escribió en defensa de los beagles diciendo que «la liebre por sí sola es un animal inútil, cuyo único provecho extraible es con fines de ejercicio humano», es típica de muchos. 

El hombre es la cima, la cúspide de la creación, hacia quien Dios ha estado trabajando desde el principio de los tiempos; y cuando salga de este mundo encontrará un cielo especialmente preparado para él, donde nadie más tendrá cabida, salvo los ángeles, quienes tampoco le serán superiores, pues se habrá vuelto uno de ellos.  

Es un ser realmente engreído este pigmeo, cuyo conocimiento del universo se limita a lo que puede aprender o conjeturar a través de unos muy imperfectos cinco sentidos y un intelecto mísero y subdesarrollado que siempre lo conduce por el mal camino.

Ernest Bell, 1927

Sobre Ernest Bell

Ernest Bell [1851-1933] fue un autor y editor inglés, activista por los derechos de los animales, activista por el bienestar de los animales, humanitario y vegetariano.

Ernest Bell liberando pájaros enjaulados en 1902.

«Con respecto a la dieta humana, también se está produciendo un gran cambio de opinión y sentimiento. El “vegetariano” solía, por deferencia a la opinión pública, tener que hablar con un poco de humildad sobre su especial “moda”, pero ahora nos encontramos con que es el hombre carnívoro el que adopta el tono de disculpa. Si se hace pasar por un humanitario, siempre explica que realmente come muy poca carne ahora y, a menudo, agrega que podría prescindir fácilmente de eso si quisiera. La posición no es muy lógica ni muy amable con los animales, pero muestra que el viejo prejuicio se está derrumbando y que se avecina un mejor momento para nuestros semejantes más humildes

En 1896, Ernest Bell y su amigo y asistente Jessey Wade lanzaron una línea de libros de texto escolares en asociación con la Liga Humanitaria: los «Lectores de vida animal». Los libros educaron a los niños sobre animales, insectos, peces, el mundo natural, … Fueron ilustrados con dibujos encargados a algunos de los mejores artistas de la época. Se agregaron nuevos títulos con regularidad. Un ejemplo es:

Un libro de texto escolar de 1896 para niños de 10 y 11 años

Ernest Bell regaló estuches de estos libros a los primeros refugios de animales y organizaciones benéficas de protección animal, para venderlos en eventos y usarlos como premios.

«… así que trabajar para proteger a los animales y asegurar que tengan hábitats adecuados nunca ha sido más importante. Todavía queda mucho trabajo por hacer: promover la bondad lógica hacia los animales.
Preparándonos para la batalla – repasando nuestra historia

En 1907, Ernest Bell se mostró optimista de que el vegetarianismo se convertiría en «corriente principal«. Tenía razón, pero la gran mayoría de los seres humanos aún optan por comer animales maltratados y torturados.

«… si los activistas no conocen la historia de su causa, no pueden tener un sentido de las luchas, las estrategias a largo plazo, los logros y los héroes de su movimiento. Además, no pueden promover su largo e impresionante movimiento entre el público y sus oponentes, la industria de la carne, la industria de la investigación médica y el gobierno, llenarán el vacío

Diane Beers

Ahora, hay más personas que son conscientes de los derechos de los animales, pero la población del mundo ha aumentado de quizás 1.600 millones en 1900 a 7.400 millones en la actualidad.

Activista de Bienestar Animal

Ernest Bell fue vegetariano durante más de medio siglo, y los escritos del Dr. Nichols dirigieron primero su atención al tema. Hay pocos hombres que hayan trabajado con más perseverancia de una manera tranquila y sin pretensiones en nombre de la humanidad, o que se hayan esforzado por disminuir los sufrimientos de las criaturas vivientes en la medida en que lo hizo el Sr. Bell.

De manera consistente con sus puntos de vista sobre el tema de la crueldad hacia los animales, apoyaba al vegetarianismo como un golpe más en la raíz del mal que muchas otras reformas. A pesar de una vida ajetreada, encontraba tiempo para asociarse con muchas iniciativas en favor de los derechos animales. Si su asociación con hombres como Henry Salt ha conducido al desarrollo de tendencias algo socialistas de su parte, no es fácil de decir, pero es cierto que, además de sus inclinaciones humanas, se ha convertido año tras año en un discípulo más dispuesto de los que enseñan la sencillez de vida.

A pesar de toda una vida de trabajo incansable en nombre de las organizaciones de bienestar animal, Ernest Bell ahora está totalmente olvidado por las mismas organizaciones. Sin embargo, como testifican los tributos de sus amigos cercanos Henry Salt, Henry Brown Amos y Stephen Coleridge, los logros de Bell fueron tan significativos como variados.

El 26 de octubre de 1929, en una reunión en el Central Hall, Westminster, en la que estuvieron representadas 22 sociedades distintas, se le hizo una presentación en reconocimiento a su trabajo por la causa animal. Los informes del tributo se publicaron en The Vegetarian News y The Vegetarian Messenger and Health Review.

Ernest Bell fue el editor de la revista Animals’ Friend durante más de treinta años. En 1927 se publicó una colección de sus escritos titulada «Trato justo para los animales», que consta de artículos publicados anteriormente en Animals’ Friend. Al año siguiente, se publicó «Summer School Papers: Animal, Vegetable and General» de Bell, reeditado en 1932 como «The Wider Sympathy».

En 1924 cofundó la Liga para la Prohibición de los Deportes Crueles con Henry Brown Amos, para continuar el trabajo del departamento de deportes de la Liga Humanitaria y poner fin a los deportes crueles. En 1934, Henry Salt sugirió el establecimiento de la Biblioteca Ernest Bell como un homenaje apropiado para su amigo cercano.

Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1- wikipedia.org/Ernest Bell

2- happycow.net, «The brown linties», Jessey Wade

3- lluvia-con-truenos.blogspot.com, «Superiority in the Lower Animals», traducción de Igor Sanz, 15 de diciembre de 2020


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