En la historia de los zoológicos y de la ciencia animal, hay un nombre que destaca con ternura y asombro: Motty.

Este pequeño elefante nació el 11 de julio de 1978 en el Zoológico de Chester, Inglaterra, y su vida, aunque breve, marcó un momento único: fue el único cruce documentado entre un elefante africano (Loxodonta africana) y un elefante asiático (Elephas maximus).
Lo imposible se hizo realidad cuando Sheba, una hembra de elefante asiático, quedó embarazada de Jumbolino (Bubbles), un macho africano. Hasta ese momento, los científicos daban por sentado que un cruce entre ambos géneros de elefantes era biológicamente inviable. Por eso, cuando Sheba dio a luz, el asombro fue tan grande como la emoción.
Un bebé diferente desde el primer instante
Motty nació con rasgos de ambos mundos: tenía las mejillas, las orejas y el lomo de un elefante africano, pero el número de uñas (cinco en las patas delanteras y cuatro en las traseras) y el único dedo en la trompa eran propios de un elefante asiático. Era un símbolo viviente de la unión de dos linajes que, hasta entonces, parecían separados por una barrera infranqueable.
El Dr. Derek Lyon, veterinario jefe del Zoológico de Chester, recordaba cómo el personal dudaba incluso del embarazo: “Nadie creía que los cruces fueran posibles. Pero allí estaba Motty, demostrando que la naturaleza aún guarda sorpresas”.
Un inicio de vida frágil, pero lleno de cuidados
El pequeño Motty nació prematuro y con problemas digestivos. Durante las primeras horas, el equipo veterinario y los cuidadores hicieron todo lo posible para mantenerlo con vida. Le daban glucosa cada hora, lo alimentaban con biberón con leche de vaca, calostro de Sheba y suplementos, y lo ayudaban a ponerse en pie, colocando paja debajo de su pequeño cuerpo para animarlo.
Finalmente, tras 36 horas de esfuerzo y cariño, Motty logró ponerse de pie y caminar. El 13 de julio, Sheba y su cría fueron presentados al resto del rebaño. A partir del 14, Motty pudo mamar por sí mismo, lo que parecía una señal de esperanza.
Un adiós demasiado temprano
Pero la esperanza duró poco. Pese a los cuidados, Motty falleció dos semanas después de nacer, víctima de una infección generalizada. Su corta vida dejó un vacío en Chester, pero también un legado científico y emocional: demostró que los límites de la biología no siempre son tan rígidos como creemos.
El legado de Motty
Aunque su vida fue breve, Motty sigue siendo único en la historia. Hasta hoy, no ha habido otro híbrido entre elefante africano y asiático. Su historia es una mezcla de ciencia, sorpresa y ternura, y nos recuerda que los animales no son simples “curiosidades genéticas”, sino seres con historias propias, con vínculos y con fragilidad.
Motty fue un milagro efímero, un pequeño elefante que unió dos mundos por apenas catorce días, pero que sigue vivo en la memoria de quienes lo conocieron y en el corazón de todos los que aman a los animales.
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— culturavegana.com, «TOPSY in memoriam», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 6 marzo, 2025 | Publicación: 27 marzo, 2018. Topsy era una elefanta domesticada del Forepaugh Circus de Coney Island. Nació en el sureste de Asia alrededor de 1875. Topsy mató a tres hombres, incluido a un domador borracho que le daba de comer cigarrillos encendidos. Sus propietarios la consideraron un peligro, así que decidieron asesinarla.
2— culturavegana.com, «Jumbo, el elefante más grande del mundo», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 9 febrero, 2021. Jumbo era el elefante más grande conocido en ese momento, medía 12 pies de alto desde el hombro y pesaba más de seis toneladas.
3— culturavegana.com, «Los elefantes se comunican mediante «nombres» que los humanos no pueden oír», Editorial Cultura Vegana, Publicación: 5 noviembre, 2023. Una investigación realizada en Kenia ha revelado un fascinante aspecto de la comunicación entre elefantes africanos.
Comparte este post sobre Motty en redes sociales
