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La dieta de Apolonio

Publicación: 1 enero, 2023 |

Entre los ilustres contemporáneos de Plutarco que practicaron nada menos que predicaron la rígida abstinencia, Apolonio de Tyrana, el pitagórico.

Apolonio de Tyana [3 aC- 97 dC]

Apolonio de Tiana, uno de los hombres más extraordinarios de cualquier época, merece una mención particular. Vino al mundo el mismo año que el fundador del cristianismo, en el 4 aC. Los hechos y ficciones de su vida se los debemos a Filóstrato, quien escribió sus memorias por expreso deseo de la emperatriz Julia Domna, la esposa de Severo.

Apolonio, según su biógrafo, provenía de ascendencia noble. Desde muy temprano se dedicó al estudio severo en el siempre memorable Tarso, donde pudo haber conocido al gran perseguidor, y luego segundo fundador, del cristianismo. Disgustado con el lujo de la gente, pronto se exilió a una atmósfera más agradable y se dedicó al examen de las diversas escuelas de filosofía: la epicúrea, la estoica, la peripatética, etc. dando finalmente la preferencia a Pitágoras. Abrazó la vida ascética más estricta y viajó extensamente, visitando, en primer lugar, Nínive, Babilonia y, se dice, India, y luego Grecia, Italia, España y el África romana y Etiopía. Al ascender al trono Domiciano, escapó por poco de las manos de ese tirano, después de haberse entregado voluntariamente a su tribunal, por un ejercicio de su supuesto poder sobrenatural. Pasó los últimos años de su vida en Éfeso, donde, —según la conocida historia—, se dice que anunció la muerte de Domiciano en el mismo momento de los acontecimientos de Roma. Sus presuntos milagros fueron tan celebrados, y tan curiosamente se parecen a los milagros cristianos, que despertaron una cantidad inusual de atención. [1]

Desafortunadamente, la vida de Filóstrato, de acuerdo con el gusto de una época necesariamente acrítica, está tan llena de cosas sobrenaturales y maravillosas que el hecho real que el filósofo pitagórico había adquirido y poseído bien podría considerarse sobrenatural en ese período, es demasiado apto para ser desacreditado. La Vida se compuso mucho después de la muerte del héroe y, por lo tanto, el biógrafo pudo disponer de una cantidad considerable de licencia inventiva; pero que se basaba en un substrato indudable de sucesos reales difícilmente se discutirá. Hay un pasaje que merece ser transcrito como de aplicación más amplia. La gente de un pueblo de Panfilia —en el Asia Menor—, donde casualmente se hospedaba el gran taumaturgo, moría de hambre en medio de la abundancia por la política egoísta de los monopolistas del grano, y, llevados a la desesperación, estaban en el punto de atacar a las autoridades responsables. Apolonio, en esta crisis, escribió el siguiente discurso y se lo dio a los magistrados para que lo leyeran en voz alta:

«Apolonio a los monopolistas del maíz en Aspendos, saludos: La tierra es la madre común de todos, porque ella es justa [2]. Vosotros sois injustos, porque la habéis hecho madre de vosotros mismos solamente. Si no dejáis de actuar así, no permitiré que permanezcáis sobre ella».

Filóstrato nos asegura que «intimidados por estas palabras indignadas, llenaron el mercado con grano, y la ciudad se recuperó de su angustia«.

Howard Williams
The ethics of diet, 1883

NOTAS BIBLIOGRÁFICAS

1—

«La proclamación del nacimiento de Apolonio a su madre por Proteo, y la encarnación del mismo Proteo —el coro de cisnes que cantó de alegría en la ocasión— la expulsión de los demonios, la resurrección de los muertos y la curación de los enfermos —las repentinas desapariciones y las reapariciones de Apolonio—, sus aventuras en la cueva de Trofonio, y la Voz sagrada que lo llamó a su muerte, a lo que se puede agregar su pretensión como maestro para reformar el mundo, no pueden dejar de sugerir los pasajes paralelos en la historia del Evangelio. Sin embargo, debe admitirse que las semejanzas son muy generales, y en general parece probable que la vida de Apolonio no se escribió con un propósito controvertido, ya que las semejanzas, aunque reales, solo indican que algunas cosas fueron prestadas, y no muestran ningún rastro de un paralelo sistemático».

Diccionario de Biografía Griega y Romana. Editado por Wm. Herrero. Ll.D.

Tan grande era la estima en que se le tenía, que el emperador Alejandro Severo —uno de los poquísimos buenos príncipes romanos— colocó su estatua en el Lario imperial o Capilla privada, junto con los de Orfeo y de Cristo.

2— Cf. Virgilio, Goergicas II: «Fundit humo facilem victum justissima Tellus«.


Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com

FUENTES BIBLIOGRÁFICAS

1— culturavegana.com, «La ética de la dieta», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 7 julio, 2022. En la actualidad, en todas las partes del mundo civilizado, las antaño ortodoxas prácticas del canibalismo y los sacrificios humanos son contempladas universalmente con perplejidad y con horror.

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