Liberación animal es el manifiesto que Peter Singer publicó en 1975; ejerciendo una influencia decisiva en las organizaciones que luchan por los Derechos de los animales.
Peter Singer aceptó la justificación de la existencia de los derechos mediante la derivación de principios utilitaristas, en particular mediante la aplicación del principio de minimización del sufrimiento. Singer acepta que los derechos de los animales y la conciencia animal no coinciden con los derechos humanos ni con la conciencia humana, así escribe en Liberación animal:
«Sin duda existen diferencias importantes entre los humanos y otros animales, y éstas originarán diferencias en los derechos que poseen.»
Peter Singer
En Liberación animal Singer se opone a lo que denomina especismo: discriminación a un ser vivo por el solo hecho de pertenecer a una determinada especie. Defiende el derecho a una igual consideración de todos los seres capaces de sufrir. Así considera que conceder menor consideración a seres porque tengan alas o pelaje no es más justo que discriminar a alguien por el color de su piel. En concreto, expone que mientras que los animales dan muestra de menor inteligencia que el ser humano medio, muchos seres humanos con retraso mental grave muestran una inteligencia comparable a la animal, y que por ello la inteligencia no justifica que se otorgue menor consideración a los seres no humanos que a los humanos con retraso mental. Esta percepción de Singer les parece a muchos activistas y veganos, anacrónica, sesgada y egocéntrica.
Singer no condena específicamente que se utilicen animales para el consumo humano, siempre que los métodos que se utilicen para matarlos no conlleven ningún tipo de sufrimiento, pero concluye que la solución más práctica, para evitar controversias, es adoptar una dieta vegetariana o conforme al veganismo. Singer condena también la vivisección, aunque cree que algún experimento animal puede ser aceptable si el beneficio (mejora de tratamientos médicos, etc.) supera al daño causado a los animales utilizados. Dado el carácter subjetivo del término «beneficio», ésta —y cualquier otra visión utilitarista— son objeto de controversia.
No obstante Peter Singer explicita cuáles seres humanos que sientan de forma parecida a los animales podrían ser objeto de experimentación si se aplica la regla de que el beneficio supere al sufrimiento. Así un mono y un bebé podrían ser igualmente utilizables para experimentos, desde un punto de vista moral y en igualdad de condiciones. Si realizar un experimento con un bebé no es justificable, Singer defiende que tampoco lo es con animales, en cuyo caso los investigadores deberían hacer sus experimentos haciendo simulaciones con ordenadores o mediante otros métodos.
Algunos defensores de los derechos animales han realizado diversas críticas a los planteamientos de Peter Singer. Así, autores como Joan Dunayer o Gary Francione se oponen al utilitarismo de Singer. Defienden, igual que Singer, que el hecho de poseer la capacidad de sentir supone tener intereses, que deben ser respetados. Sostienen que no está justificado el uso de animales no humanos aun cuando ello pudiera suponer un beneficio social.
Desde Peter Singer, un número cada vez más elevado de activistas se dedican a la acción directa para la liberación animal, lo que puede incluir la liberación o el robo de los animales y daños a las instalaciones. Muchas de las técnicas de estos activistas fueron desarrolladas por activistas como, Walter Bond, Gary Yourofsky o Barry Horne.
Editorial Cultura Vegana
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NOTAS BIBLIOGRÁFICAS
1- amazon.es, «Animal Liberation: A New Ethics for our Treatment of Animals», New York Review/Random House, New York, 1975; Cape, London, 1976; Avon, New York, 1977; Paladin, London, 1977; Thorsons, London, 1983. Harper Perennial Modern Classics, New York, 2009. Disponible en Amazon.
3- culturavegana.com, «Prefacio a la Liberación animal», Yuval Noah Harari, Editorial Cultura Vegana, 28 de febrero de 2022
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