Desde la domesticación de algunas especies aviares como Red Jungle fowl ó Gallus Gallus hace ya mas de 4.000 años, pasando por los inicios de la selección aviar a principios del siglo XX, hasta nuestros días.

Franks Saglio fue un inmigrante italiano que cultivaba frutas y verduras en Glastonbury, Connecticut, en una pequeña granja familiar. Su hijo Henry empezó a criar pollos para la venta local. Fueron las aves de Henry las que finalmente ganaron el concurso Chicken of Tomorrow, del cual la familia pasó a construir un negocio de cría nacional que envió reproductores a todas las principales empresas de pollos de engorde del país. Además de suministrar ganado de cría de Arbor Acres, la empresa también desarrolló técnicas e instalaciones para promover el mejor desempeño de las aves.
Impulsada por las demandas de los procesadores de más pollo y más barato, la industria de pollos de engorde pasó por un rápido proceso de integración vertical con criaderos, productores, fábricas de alimentos y procesadores fusionados en granjas comerciales cada vez más grandes. La familia Saglio ayudó a fundar el National Chicken Council, la organización de relaciones públicas y cabildeo de la industria del pollo.
Como especie humana, en nuestras manos la explotación aviar ha recorrido un largo camino desde entonces en la mejora de la productividad de nuestras aves de carne. Nuestra capacidad para matar es espeluznante. Solo en los últimos 50 años se ha multiplicado por dos el peso del pollo y se ha dividido también por dos el alimento necesario a la misma edad. Hemos creado el pollo perfecto, genéticamente modificado. Los humanos hemos experimentado con los animales hasta la saciedad. Los hemos sometido a infecciones mortales para analizar su capacidad de supervivencia hasta la muerte.

Actualmente estamos degollando a millones de pollos diseñados a la perfección para alimentar a una sociedad que en su mayoría sigue interpretando el consumo de carne como una necesidad nutricional y un status social. Más si el pollo y/o los huevos son de granjas de animales criados en «libertad».

La industria aviar está organizada de forma piramidal en pocas empresas. Estas pocas empresas tienen la patente de diversas líneas sintéticas que comparten entre sí para conseguir distintos objetivos de mercado.

Los altos niveles de inversión necesarios y la fuerte competencia hace que fracasen muchos proyectos de emprendimiento en el sector de la producción de carne de pollo para que sus consumidores sigan comiendo cadáveres de animales criados en confinamiento perpétuo o «de bienestar animal, al aire libre, criados en libertad, ecológicos, …». Una obsesión del sector aviar que pone en duda su futuro es la falta de variabilidad genética si continua este camino.

Hemos rescatado de una fuente de dominio público, un video con un título siniestramente titulado que ganó el primer premio en el Congreso Mundial de Avicultura de 1949 en Copenhague, y fue creado aparentemente para mostrar a los avicultores el progreso realizado en un programa de experimentación animal de 3 años para “fabricar un pollo mejor“.
Entremezclados con los hechos y las cifras hay un número sospechosamente grande de tapones para “productos de petróleo de calidad“. Observamos la escena en la que los trabajadores avícolas altamente capacitados establecen un contacto siniestro con los polluelos. Documentos como este son la vergüenza de las generaciones de una sociedad nueva donde la explotación animal será vista como una extensión del exterminio y genocidio del pasado.
El Pollo del futuro, 2020
Actualmente está sobre la mesa un debate social y ético para la producción de los nuevos sustitutos de la carne de pollo. Han aparecido start-ups para la elaboración de carne vegetal que los consumidores de carne animal ya no distinguen de la vegetal con la diferencia epistemológica que no la carne vegetal no contribuye a la explotación y sufrimiento animal.

Empresas como Heura ó Daring Foods encabezan el nuevo paradigma en el que la industria y negocio del sistema carnista no estaba preparada para contrarrestar: el sufrimiento animal no es éticamente aceptable, se mire como se mire. Y añadimos: matar animales para alimentarse es una aberración cognitiva.

La otra carta en el debate la juegan las empresas biotecnológicas que basan su negocio en la producción de carne prodecente de células madre de los pollos. El mercado la identificará pronto en los supermercados con etiquetas como: carne de pollo sin pollo.

Se acaba de dar luz verde al primer producto cárnico cultivado en laboratorio o cultivado para consumo humano. En la histórica aprobación, los reguladores de Singapur otorgaron a Eat Just el derecho a vender carne cultivada de pollo, en forma de nuggets de pollo al mercado de los consumidores.

Solo había estado trabajando con los reguladores durante los últimos dos años y ha obtenido la aprobación formal el 26 de noviembre de 2020. El organismo regulador de Singapur formado por 7 expertos en toxicología alimentaria, bioinformática, nutrición, epidemiología, política de salud pública, ciencia de los alimentos y tecnología de los alimentos, para evaluar cada etapa del proceso de fabricación de Eat Just y asegurarse de que el pollo de laboratorio sea seguro para comer.

Eat JUST es la empresa de alimentos que produce mayonesa y huevos hechos a partir de proteínas vegetales que han revolucionado el mercado. Esperan lanzar este mismo año su carne limpia de pollo. La start-up con sede en San Francisco, EEUU se suma a otras empresas que están cambiando el paradigma al desarrollar tecnología para producir «carne limpia» o carne desarrollada a partir de células. En su favor, alegan que su versión de carne no conlleva la muerte de ningún animal y no provoca el impacto medioambiental de la ganadería industrial.

El proceso para su producción consiste en la alimentación de células de tejido animal, proporcionándoles las condiciones que favorezcan su crecimiento y reproducción. La carne obtenida es similar a la que se produce a través del insostenible sistema de la industria ganadera. Al no implicar la cría y muerte de animales, la «carne limpia» requiere alegan que ocupa el 99% menos de tierra, el 90% menos de agua y emite un 90% menos de gases de efecto invernadero.

Algunas voces se alzan para denunciar que sigue siendo explotación animal y muchos veganos ven con desconcierto que esta carne producida «a la carta», con niveles de colesterol o grasas saturadas menores, libre de antibióticos, bacterias y hormonas que la carne animal y dudan que la «carne de laboratorio» se convierta en una opción como carne del futuro.
El debate sigue abierto. Y tú, qué opinas?
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1- elpais.com, «Científicos israelíes crean un pollo sin plumas “más barato y ecológico”», Editorial El País, 21 de mayo de 2002
2- technologyreview.com, «Cultured meat has been approved for consumers for the first time», Niall Firth, MIT Technology Review, 1 de diciembre de 2020. Los clientes de restaurantes en Singapur pronto tendrán la oportunidad de comer nuggets de pollo cultivados en biorreactores.
3- flashbak.com, «The Chicken of Tomorrow (1948): Mankind’s Quest For A Better Hen», Paul Sorene,
4- eldiario.es, «La invención del pollo», José Cervera, El Diario, 9 de febrero de 2015
5- vice.com, «Los pollos están siendo modificados genéticamente para sufrir menos», Nick Rose, 2 de marzo de 2017
6- culturavegana.com, «Eat Just apuesta que los consumidores renuncian a la proteína animal», Editorial Cultura Vegana, 15 de noviembre de 2020
7- avicultura.com, «La genética del pollo del mañana», Miguel Valls, 2013
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