Aparte de Pitágoras y un pitagórico llamado Empédocles, ninguno de los principales filósofos presocráticos condenó el consumo de carne o el sacrificio de animales.
Los defensores modernos de los animales a veces afirman que el propio Sócrates era vegetariano y se oponía al sacrificio, pero no se le atribuyen declaraciones que respalden esas afirmaciones ni declaraciones en ese sentido por parte de los comentaristas antiguos.
De hecho, según Platón, las últimas palabras de Sócrates, dichas a su amigo Critón mientras el escalofrío entumecedor del veneno subía por su cuerpo, fueron: “Critón, deberíamos ofrecerle un gallo a Asclepio. Ocúpate de ello y no lo olvides”. “No”, respondió el fiel Critón, “así se hará”. Además, en sus Memorias de Sócrates, Jenofonte, buen amigo del filósofo, defiende al filósofo mártir contra la acusación de ateísmo señalando que “todo el mundo podía ver que sacrificaba regularmente en casa y también en los altares públicos del estado”.
Tanto Platón como Jenofonte describen cenas a las que asistía Sócrates en casas de amigos ricos, donde el menú seguramente habría incluido carne, sin sugerir que comiera de manera diferente a los demás invitados. Y al hablar del estilo de vida de Sócrates, Jenofonte observa que sólo comía pequeñas cantidades de comida, pero nunca dice que se negaba a comer carne. De hecho, Jenofonte da la clara impresión de que Sócrates prestaba muy poca atención a la comida y comía todo lo que le servían, pero en pequeñas porciones.
Se puede defender algo mejor a Platón, ya que tanto en La República como en Las Leyes prescribió una dieta vegetariana para los ciudadanos de su estado ideal. Desgraciadamente, el motivo que adujo no tenía nada que ver con la preocupación por los animales. Como todos en el mundo antiguo, Platón consideraba la carne un lujo y creía que un estilo de vida lujoso conducía a la indolencia, la cobardía y un colapso general de las virtudes cívicas. Por lo tanto, impuso el vegetarianismo como una forma de promover la buena ciudadanía. Por la misma razón, considerando los zapatos como un lujo, Platón exigía que sus ciudadanos ideales anduvieran descalzos. Las fuentes antiguas a veces identifican a Platón como vegetariano, pero ninguno de ellos era su contemporáneo, y no está claro si sus autores sabían con certeza que no comía carne o estaban haciendo una suposición basada en los pasajes vegetarianos de La República y el Las leyes y la evidente influencia pitagórica en la filosofía de Platón.
Sin embargo, para nosotros tiene poca importancia si Platón era vegetariano, ya que no hay evidencia en sus escritos ni informes de otros escritores antiguos de que fuera un defensor de la protección de los animales.
Norm Phelps
2007
Traducción parcial del artículo completo «La lucha más larga: la defensa de los animales, desde Pitágoras hasta PETA» de Norm Phelps y publicado en academia.edu
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— culturavegana.com, «La ética de la dieta», Howard Williams, Editorial Cultura Vegana, Publicación: 7 julio, 2022. En la actualidad, en todas las partes del mundo civilizado, las antaño ortodoxas prácticas del canibalismo y los sacrificios humanos son contempladas universalmente con perplejidad y con horror.
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