Había mucho optimismo entre los fundadores de la Vegan Society sobre el potencial de este nuevo movimiento.
Frente a esto, es difícil recordar que la sociedad se fundó en tiempos de guerra, aunque hacia el final de la guerra, y podría decirse que el final ya estaría a la vista en ese momento. No fue hasta el tercer boletín que se mencionó la guerra. Donald Watson se había puesto en contacto con el Ministerio para solicitar que a los veganos se les diera una ración de grasa adecuada para veganos como alternativa a las raciones de mantequilla y manteca de cerdo. También solicitó puntos adicionales para permitir a los veganos comprar otros alimentos que escaseaban, como lentejas y frutos secos, en lugar de los cupones para carne, queso, leche y huevos que no utilizaban. Los veganos podían registrarse como vegetarianos, pero las raciones vegetarianas no les servían de nada, ya que eran alimentos enteramente de origen animal, como un huevo adicional por semana y 12 onzas de queso. La solicitud de Watson en nombre de la Vegan Society fue rechazada porque el ministerio consideró que los alimentos que la Sociedad solicitaba no eran los equivalentes nutricionales de los alimentos que propusieron renunciar. A pesar de responder y solicitar una reunión de una delegación de veganos con el ministro (lo que fue rotundamente rechazado), nunca se proporcionó una ración vegana y Watson consideró que esto se debía al pequeño número de miembros y a una práctica discriminatoria. En este punto, Watson afirmaba tener 35 miembros.
Sin embargo, en noviembre de 1945, Vegan News se distribuía a 500 suscriptores. En la primavera de 1946 se publicó el primer número de la revista The Vegan. Donald Watson continuó en el cargo de secretario y editor de The Vegan hasta la Asamblea General Anual de otoño de 1946, cuando Watson dimitió de estos cargos debido a la “presión de su trabajo profesional”. Watson es elegido el primer «presidente» de la Sociedad y su primer miembro vitalicio.
En los primeros años, la Sociedad estaba enteramente dirigida por los miembros del comité, que eran todos voluntarios. Watson recordó los primeros días de la sociedad como creando una respuesta mayor de la que anticipaba:
Las cartas llegaban a veinte o treinta por día. Muchas eran profundamente filosóficas y pedían respuestas largas. Muchas no contenían un sello de respuesta, lo que aumentaba las dificultades de un objetor de conciencia que durante tres años había estado tratando de vivir con un salario reducido de 2 libras a la semana. Trabajaba solo y con frecuencia nunca me iba a la cama. [1]
El primer miembro del personal, una secretaria remunerada a tiempo completo, fue nombrada en 1947 con un salario de 250 libras al año para hacer frente al volumen de trabajo. El Sr. G. Allan Henderson, entonces tesorero de la sociedad, asumió el cargo.
Los voluntarios siempre han tenido un papel clave que desempeñar en la historia de la Sociedad. Aunque hoy en día la Sociedad cuenta con más personal remunerado, el volumen de oportunidades para promover el veganismo también sigue creciendo y los voluntarios siguen siendo un recurso muy valioso.
Algunos ayudan al personal de la oficina en funciones que no habrían sido desconocidas para los primeros voluntarios de la sociedad. Otros participan en proyectos que utilizan sus habilidades especializadas y pueden realizar trabajos para la Sociedad de forma remota, dondequiera que vivan en el mundo. Un buen ejemplo de esto son los traductores voluntarios. Hoy la Sociedad tiene una
banco de voluntarios de varios cientos de personas en todo el mundo al que recurrir.
En las primeras décadas de la Sociedad, el énfasis del comité no estaba en por qué uno debería ser vegano sino en cómo serlo. Los partidarios ya estaban de acuerdo en el por qué, pero las dificultades clave para los veganos eran prácticas, como los problemas sociales de no comer lo que otras personas comían y el problema de obtener determinados alimentos, como leches vegetales u otros artículos como zapatos. Desde sus inicios, la Sociedad se centró en investigar qué alimentos eran adecuados para una dieta vegana y en crear «listas comerciales». Otra gran preocupación era la necesidad de disponer de una leche vegetal ya preparada. Los primeros miembros elaboraban sus propias “leches” a partir de frutos secos. Incluso esto no fue un asunto sencillo. En 1952, cuando el racionamiento aún continuaba, la sociedad escribió “una carta abierta al ministro de alimentación” en The Vegan (verano 1952 Nº 2 Vol. VIII) solicitando raciones diferentes para reemplazar los alimentos de origen animal y, en particular, que se les permitieran “nueces” a precios muy reducidos en lugar de la leche de frutos secos, que actualmente nos resulta demasiado cara”. Leslie J Cross hizo un llamado en la edición de primavera de 1956 de The Vegan para que una asociación de leche vegana investigara, fabricara y comercializara leche no animal. Esto llevó a la creación de la Plantmilk Society en junio de 1956. [2]
Cuando las empresas alimentarias del Reino Unido se negaron a producir leche vegetal porque vieron una demanda insuficiente y los intentos de importar leche de soja en polvo estadounidense fracasaron, la Plantmilk Society creó su propia empresa, Plantmilk Ltd. , en 1965 con Leslie Cross como su primera empleada a tiempo completo. Más tarde se convirtió en Plamil —las primeras tres letras de «planta» y las primeras tres letras de «milk», leche— que continúa hasta el día de hoy. [3]
Editorial Cultura Vegana
www.culturavegana.com
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS
1— Donald Watson, The Vegan, Autumn1965
2— culturavegana.com, «La primera leche de soja en la Europa de 1950», Editorial Cultura Vegana, Última edición: 18 octubre, 2021 | Publicación: 17 octubre, 2021. A finales de 1950 la empresa Plamil, inicialmente Plantmilk, elaboraron la primera leche de Soja en Europa. Leslie J. Cross estaba entre los apasionados fundadores que decidieron crear una nueva gama de alimentos, sin ingredientes de origen animal.
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